Has atravesado rachas en las que encontraste un ritmo cómodo para realizar tus actividades cotidianas. ¿A que sí?
Has estado inspirado. Has sido productivo. Y, además, no te faltó tiempo para invertirlo en tus relaciones personales y en tu hobby, quizás.
Así, fluidamente, sin perder el compás y sin estrés, como el músico que está totalmente metido en la ejecución de la pieza musical…
Hasta que un día ocurre algo que rompe dicho ritmo (un viaje, unas vacaciones, una enfermedad o cualquier evento que acarrea un cambio, permanente o transitorio).
Tú, el músico, pierdes el ritmo inevitablemente. En ese momento, te frustras; te enfadas. La canción te viene larga, se te hace pesada y hasta puede que pierdas las ganas de seguir tocando.
Estabas ejecutando una canción conocida, tan ricamente, y ahora se te mezcla con otra. ¿En qué parte de la pieza te incorporas? ¡Qué estrés!
¿Cómo encuentras el ritmo de esa cosa nueva que está sonando?
Amigo, lo mismo que pierdes el ritmo puedes recuperarlo. Y, al igual que sabes esto, conoces remedios para conseguirlo.
1. Descansa
Tómate un día o dos para despejarte y para recobrar energías, que los cambios de ritmo desgastan mucho. Si no puedes hacerlo de inmediato, hazlo lo antes posible: Desconecta.
Y, en caso de que estés verdaderamente hecho polvo, considera atender tu salud antes que nada. Quizás lo único que te falte para retomar el ritmo sea ocuparte de una simple deficiencia vitamínica. Podría ser.
Por eso, asegúrate primero de que tienes las fuerzas físicas que necesitas para seguir tocando.
2. Revisa tus prioridades
Elige bien tus actividades. Descarta aquéllas que sólo aportan ruido. Y arregla tu canción, ordenando esas actividades de tal forma que el resultado no sea una pachanga frenética.
3. Inserta descansos
Para evitar que tu nueva pieza sea esa enloquecedora pachanga, añade compases de silencio para respirar entre una actividad y otra.
¿Qué compases? Eso depende de ti: Una siestecita, un paseo a media tarde, una sesión de Pilates, etc.
En absoluto pienses que esas actividades son una pérdida de tiempo. Porque la salud no termina en comer y dormir bien. Ese tipo de actividades re-energizantes te ayudan a manejar el estrés y a que no se te vaya el ritmo al c4rajo.
4. Aplaza las decisiones importantes
Hasta que no retomes el ritmo y te encuentres cómodo con tu nueva canción, es recomendable que no tomes decisiones precipitadas.
Depende del caso, claro está. Por ejemplo, si estás pensando cambiar de coche o realizar cualquier otro gasto, sería conveniente que lo aplazaras hasta entrar nuevamente en ritmo.
Considera que, cuando nos vemos desubicados, no estamos en las mejores condiciones para tomar según qué decisiones.
5. Ten paciencia
Sé amable contigo. Eres un buen músico que ha perdido el compás, pero eso les pasa a todos los que tocan. Quienes no se pierden son ésos que ni pinchan, ni cortan, ni tocan nada.
Ya volverá la racha en la que estarás cómodo. Porque en la vida, como tú sabes, vamos alternando unas rachas y otras…
Esto quiere decir que sí, que volverás a perder el compás. Peeeeero, para la próxima, ahí tendrás tus mañas para retomar el ritmo con más facilidad.
Imagen de Mrs Logic