¿Quieres ser constante con un hobby? Para ser constante con una actividad, es más decisiva una buena planificación que la fuerza de voluntad.
Vamos a poner el ojo en las aficiones. Si quieres practicar tu hobby con la frecuencia que has elegido, aquí tienes ideas que van a ayudarte con eso.
Partamos de una situación muy típica.
Antonio quiere aprender un idioma. Reserva 30 minutos por las tardes para dedicarlos a ese menester. Los primeros días cumple con esos 30 minutos.
Después, por complicaciones de la vida cotidiana, el ritmo comienza a flaquear:
- Deja de practicar alguna tarde.
- A veces le dedica a su hobby 10 o 20 minutos.
- Y, si lleva muy mal la semana, se desmoraliza y piensa: “El próximo lunes empiezo fuerte de nuevo.”
A estas alturas, Antonio se siente un poco frustrado y su hobby peligra de ser descartado de sus actividades cotidianas.
➜ ¿Qué ha hecho bien esta persona en relación a su hobby?
Alguien que lo mire desde fuera y sin tomarse la molestia de pensar, podría concluir diciendo: Antonio no es constante. Es un vago de aquí te espero.
Puede que el mismo Antonio se esté dedicando esas bonitas frases, sin mirar lo que sí ha hecho bien. ¿Y qué es eso?
- Ha elegido un hobby. Esto es, una actividad donde, además de pasar buenos ratos y desestresarse, va a desarrollar una faceta suya. Gran acierto.
- Ha partido motivado. Eligió esa actividad por convencimiento propio. Nadie se la impuso. Él quería hacerlo y sus buenas razones tendría. Otro acierto.
- Ha querido convertirlo en un hábito. Como sabe que aprender un idioma va para largo, ha querido instalar el aprendizaje en su rutina cotidiana. Será una acción que realice con cierta frecuencia. Otro acierto.
- Le ha hecho sitio. Es lo propio cuando entra un hábito nuevo: elegir la hora, el lugar y el tiempo que va a estar practicando. Acertó también.
- Ha empezado a practicar. Con más o menos progreso, ha hecho algo por sí mismo. Muchos otros piensan en tener tal o cual afición y no empiezan nunca con ella. ¡Bien, Antonio!
➜ ¿Qué le faltó para ser constante con su hobby?
El plan que tenía Antonio era dedicarle 30 minutos al día a su hobby. Pero ahí faltaban cositas decisivas.
No es que Antonio sea un caso especial. La mayoría de las personas (fíjate, si quieres comprobarlo) NO planean cómo van a hacer eso que quieren hacer. Creen que basta con decir: ¡Voy a hacer esto cada día, a la misma hora!
Y no. No es suficiente. Esa es la razón por la que fallamos haciendo ejercicio, manteniendo una alimentación adecuada, dejando de fumar o practicando un hobby.
➜ Hablando de motivación…
Estamos suponiendo que la motivación no es problema para Antonio. La meta de aprender un idioma es muy significativa para él. Está entusiasmado con la idea, por todos los beneficios que se derivan de su hobby.
- Le gusta el idioma.
- Va a tener más oportunidades laborales gracias a él.
- Va a conocer a gente interesante gracias a él.
- Podrá viajar por esos mundos desenvolviéndose en el nuevo idioma.
- Etc.
Tiene una amplia lista de razones fuertes y propias. Quizás también se sumen a ellas razones secundarias como: que está de moda, que sus amigos también lo hacen o que su papá ve muy bonito que aprenda idiomas.
En esto, nuestro Antonio acertó plenamente. Se planteó un hobby hacia el que estaba muy motivado. Pero su plan tenía demasiados cabos sueltos.
➜ La importancia del QUÉ vas a hacer y CÓMO vas a hacerlo
Es un día cualquiera. Va a llegar la hora prevista para que Antonio practique su hobby. Y, en ese momento, el muchacho está viendo vídeos graciosos en YouTube.
Da la hora. Antonio mira de reojo sus materiales y, como no tiene claro por dónde va a empezar, continúa viendo vídeos, que es más divertido.
Ese día, Antonio falla por la confusión que surge de la actividad.
Le pasa a él y nos pasa a todos. Cuando estás entre dos actividades, tu cerebro prefiere aquella que conoce y de la que espera un resultado fijo, frente a otra que es toda incertidumbre.
Luego, Antonio hubiera tenido menos papeletas para procrastinar si, con antelación, hubiera planeado sus sesiones de estudio.
¿En qué puntos voy a centrarme en la próxima sesión? ¿Cuántos minutos dedicaré a cada uno? ¿Con qué materiales?
➜ Ideas para armar el plan que te sirva para practicar con constancia
A ver qué te parecen.
1. Sé listo atornillando el hobby a tu rutina
Elige una hora para tu hobby. Y únelo a una acción que ya esté fija en tu rutina. Así, eliminas una incertidumbre.
Por ejemplo, al llegar del trabajo. Si llegas cada día, más o menos, a la misma hora, coloca ahí el hobby. De ese modo, queda “atornillado” a una acción conocida y recurrente.
2. Prepara la práctica con antelación
Decide qué programa o plan vas a seguir para practicar.
- Si vas a cursos o talleres es más fácil, porque ahí estructuran el material y te lo van presentando por orden.
- Si eres autodidacta, habrás de investigar antes, para elegir tus materiales, tu ritmo y el orden que vas a seguir.
Ahí está “lo grande”, la estructura fundamental. Queda lo pequeño. Y eso lo puedes planificar sobre la marcha.
Cada día, cuando termines con tu hobby, ponte fácil el comienzo del día siguiente: Prepara la sesión. Decide qué puntos vas a tocar y de qué manera.
3. Empieza por muy poco
Evita reservar una sesión para tu hobby que altere por completo tu rutina normal. ¿Dos horas para practicar? ¿De golpe? No, prueba de otro modo.
Empieza por lo mínimo que puedas. Un mínimo que te dé para sumar un pequeño avance. (¿15 minutos? Podría ser.) Intenta que sea muy fácil cumplir con tu hobby en las primeras semanas.
Al inicio, lo que importa es que el hábito quede atornillado en la rutina.
Después, poco a poco, vas añadiendo minutos. Por ejemplo, podrías añadir 5 minutos más cada semana. Pero tanto eso, como la cantidad de tiempo que dure cada sesión, tendrás que decidirlo y experimentarlo por tu cuenta.
4. Respeta el tiempo de empezar y el tiempo de acabar
Empieza con tu hobby a la hora prevista. Y, si crees que lo necesitas, programa una alarma que te avise de que han pasado los 15 minutos o el tiempo que hayas fijado.
Así, aumentan las probabilidades de que quieras aprovechar ese tiempo escaso. Nada de distracciones, como ver un par de vídeos graciosos en medio, contestar un mensaje o demás.
¡Oh! Las distracciones… Cuando tus sesiones duren más tiempo, también tendrás que tener cuidado con ellas.
5. Sé bueno contigo cuando falles
Si fallas un día, trata de no tomártelo como el Antonio del ejemplo. Lo que avanzaste en días anteriores no ha desaparecido mágicamente de tu memoria.
Y si tu patinazo es de varios días (que te tomes vacaciones, tal vez) tampoco es la gran cosa. Vuelve a tu hobby sin darle muchas vueltas. Ya recuperarás el ritmillo. Ya avanzarás.
Tú eliges un hobby para relajarte y sentirte bien, no para que sea otra fuente de estrés.
Quitándote la manía de la perfección, te verás sumando progresos poquito a poco, pasito a paso. Si un mes está complicado y, en lugar de practicar 30 días, practicas 27. ¡Celebra esos 27!
Observando y valorando tu progreso alimentarás la motivación que te llevó a elegir tu hobby. La harás fuerte. Con ella y un buen plan, necesitarás menos fuerza de voluntad.
Si alguna de estas ideas te sirve, quedo muy contenta. Ya sabes: una vez motivado por tu hobby, arma un plan. Así es más fácil continuar practicándolo.