A todos nos han rechazado alguna vez. Nos vamos acostumbrando a gestionar estas situaciones, pero hay rechazos que saben muy mal y que nos hacen mella en la autoestima.
Le tememos al dolor del rechazo y tratamos de evitarlo, cuando es posible. Pero, ¿qué tal estaría inmunizarse o hacerse muy resistente a los rechazos?
Aquí es donde llega esta terapia del rechazo, que tiene su lado divertido y su puntito masoquista. Te cuento.
La regla fundamental de este juego-terapia es una: Cada día, DEBES ser rechazado por una persona al menos una vez.
El objetivo del juego se centra en superar el miedo al rechazo y en romper esa sensación de que es algo humillante. Concretamente, esto es lo que intenta:
- Que nos demos cuenta de cómo limitan nuestra vida social ciertos miedos irracionales.
- Que rompamos con la tiranía de ese miedo que nos paraliza.
- Que aprendamos e incluso lleguemos a divertirnos con el rechazo. 😮
- Que dependamos menos de las expectativas sobre el comportamiento de otros.
- Que nos demos el derecho a equivocarnos.
Yo deduzco que este juego puede comenzarse fácilmente, probando a ser rechazados por esas personas con quienes tenemos confianza.
Ya me estoy imaginando preguntándole a mi hermana: «¿Qué tal si te tiño el pelo de rosa?» No tengo que ser muy lista para adivinar lo que me va a proponer que yo me tiña…
Ya en serio. El juego es un buen recurso para aprender y entrenar las habilidades sociales (en este caso).
El autor de este juego-terapia del rechazo se llama Jason Comely, que para hacerlo más fácil vende barajas de cartas y ha patrocinado sendas aplicaciones para teléfonos móviles.
No deja de ser curioso.
Fuente: Lifehacker.
Imagen de dawolf