¿Te replantearías tu forma de trabajar si supieras que muchas horas de trabajo, de estudio o de práctica no garantizan un avance más rápido que menos horas pero mejor aprovechadas?
Este post está especialmente dirigido a los estudiantes y a aquellas personas que no desconectan, porque tienen la sensación de estar perdiendo el tiempo.
Ése es el título con el que Study Hacks sentencia los resultados de un reciente estudio sobre el aprovechamiento de las horas de trabajo.
Tres psicólogos alemanes estudiaron el desempeño de dos grupos de violinistas: los que eran excelentes y aquéllos que eran buenos, pero no tan brillantes.
(Antes de seguir, tengamos en cuenta que para tocar un instrumento musical, en un nivel avanzado se precisa un entrenamiento duro y diario.)
Los psicólogos entrevistaron a los violinistas y les pidieron que llevasen un registro, anotando en él cómo distribuían su tiempo diario de trabajo y de descanso.
A la hora de comparar esos diarios, lo más obvio era pensar que los mejores violinistas eran los que entrenaban más horas. En cambio, los no tan buenos, seguramente, no eran tan brillantes porque practicaban durante menos tiempo. Pero el análisis decía algo distinto…
¿Cómo lo hacen los mejores?
Comparando los diarios no se notó una diferencia sustancial en las horas de entrenamiento. Ambos grupos trabajaban una media de 50 horas semanales.
La diferencia estaba en el «cómo».
Se observó que el grupo de los mejores empleaba más lo que se denomina práctica deliberada.
La práctica deliberada consiste en entregarse al 100% en la sesión de trabajo. Al máximo posible de compromiso, concentración e intensidad. Se refiere al trabajo duro y concienzudo.
Los mejores se destacaban por fijar dos únicas sesiones de entrenamiento al día; sesiones duras, de máxima entrega.
Los no tan buenos repartían la carga de trabajo durante todo el día y su práctica no era tan deliberada.
¿El resultado?
Los mejores trabajaban más duro durante menos horas, teniendo así más tiempo de ocio y descanso. De hecho, dormían de media una hora más diaria que el otro grupo.
Esto hacía que estuviesen más relajados y, efectivamente, pudieran aprovechar mejor el tiempo de entrenamiento, notándose esto en su desempeño.
Los no tan buenos, en cambio, mostraban estar más ocupados durante el día, más estresados y menos descansados.
¿La conclusión?
Está muy clara, según Study Hacks: Hacer menos y mejor, disfrutando del resto del día.
No sé tú, pero yo me voy a tomar estos datos muy en serio. 😉
Fuente: If You’re Busy, You’re Doing Something Wrong: The Surprisingly Relaxed Lives of Elite Achievers.
Imagen de normalityrelief
Comentarios
2 respuestas a «Trabajar mejor, trabajar menos y relajarse luego»
Yo desde muy pequeñita, soy de las que estudian la noche anterior y saco notas bastante buenas y mis amigos y compañeros me decía: ¿Pero como lo haces? Y yo: es que si me pongo durante la semana no me concentro pq lo veo lejano, prefiero ponerme al 100% una noche antes, que distraerme todas las tardes con el sonido de una mosca, los colores de mi estuche, etc. Supongo que no se trata de horas si no de esfuerzo.
Un besazo
Yo también tenía esa costumbre y me fue bien hasta la «uni». Lo malo, en mi caso, es que luego no tenía hábito de estudio… y las pasé canutas. Me parece a mí que hubiera sido mejor organizarse para estudiar un ratito cada día. Lo digo en mi caso. Quizás tú no lo necesites, pero se me hace un caso excepcional, ¿eh? 😮
Besosss!!