Sabemos que el buen aprovechamiento del descanso nos hace más productivos en el trabajo.
También que, para ser más eficientes, hay veces que no cuenta la cantidad de horas que se trabajan, sino la calidad. Y es seguro que habrá mayor calidad cuanto mejor se organice el tiempo de descanso.
Ahora, ¿cómo organizar ese tiempo para que el descanso sea útil? Estableciendo el momento apropiado para descansar.
Veamos ejemplos de descansos que habitualmente sirven para recobrar energías y mejorar la productividad.
- Un respiro después de terminar una tarea y antes de empezar con la siguiente. Muy útil para recargar baterías.
- El descanso (que sabe a gloria) después de haber acabado con una tarea pesada. Resaltamos “después”, ya que un descanso largo en medio puede hacer que perdamos la concentración y terminemos más tarde de la cuenta.
- Un día de descanso, tras haber trabajado concienzudamente durante la semana. Esto sólo es conveniente en este supuesto, ya que, si se ha hecho el vago durante los días anteriores, el descanso viene a empeorar la tendencia a procrastinar.
Hagamos hincapié en que procrastinar no es descansar; es aplazar el trabajo haciendo algo que no tiene nada que ver. ¿Resultado? Ni se trabaja bien, ni se descansa en condiciones.
Cuanto antes y mejor se termine un trabajo, antes y mejor se descansará.
Organizar el tiempo de descanso
La manera más fácil, a largo plazo, de organizar el tiempo de descanso es establecer una serie de hábitos al respecto.
Aquí tienes algunas ideas por si necesitas rediseñar tu estrategia de descanso. A ver si se adaptan a tus circunstancias:
- Establece puntos de referencia. Observa la cantidad de trabajo que realizas diaria, semanal o mensualmente. Fija tu marca. Una vez lograda, podrás irte a descansar sin sentirte culpable por no estar trabajando. ¡Hey! Ya has hecho lo que tenías que hacer.
- Mantén trabajo y descanso muy bien separados. Si, por ejemplo, trabajas con un ordenador, no es aconsejable que te tomes un descanso para leer un libro electrónico, apoltronado ahí, en el mismo lugar. Separa esos dos entornos todo cuanto te sea posible.
- Introduce variedad en tu estilo de vida. Procura que haya diversidad de intereses a los que dirigir tu atención y que ésta no se enfoque únicamente en el trabajo. Los hobbies, otras actividades y las relaciones personales son elementos que ayudan a desconectar.
- Si sientes la tentación de procrastinar -porque una tarea se te haga cuesta arriba- aguanta un poco y sigue con ella, hasta dejarla más avanzada. Estarás entrenando tu autodisciplina y puede que desaparezca esa terrible desgana, haciendo que te la quites de en medio.
- Ten a mano recursos motivacionales: canciones, frases, películas, libros o tus buenas sesiones de meditación (lo que prefieras). Más de una vez te ayudarán a superar la fatiga emocional.
Espero que estas ideas nos sirvan para aprovechar mejor los descansos (a mí, también), quedándonos en la mente con un leitmotiv: Un buen descanso es imprescindible para un buen trabajo. 😉
Imagen de Casey David
Comentarios
4 respuestas a «Cómo aprovechar el descanso para ser más productivos»
Yo cuando se trata de cosas para la facultad, como trabajos que te ocupan muchos días, ni descanso. Me esfuerzo al máximo y un poco más. Pero si son cosas que no les doy importancia, como limpiar la casa o así, soy de las que descansa antes, durante y después de tener que hacer la tarea jejeje. Acabo haciéndolo pero tarde, mal y a rastras jeje.
Un gran artículo, como siempre
Gracias por compartir la experiencia, Alba, y por tu amabilidad. 🙂
Pues yo tengo que aprender a desconectar mejor. Quizás por eso leo, reflexiono, escribo y hasta practico lo que puedo sobre el tema. Sobre todo, me falla lo de separar adecuadamente trabajo y descanso, pero estoy en ello. 😉
Besotes!!!