Describamos la situación: Hay alguien que espera que hagas algo. Está nervioso y frustrado porque la situación no avanza a la velocidad que desea. Quiere resultados rápidos y te presiona.
¿Cómo actuar en estos casos? ¿Cómo tratar a la persona impaciente?
En primer lugar, has de tener claro si esta persona se comporta así debido a las circunstancias o si habitualmente acostumbra a querer las cosas ¡ya!, ¡ahora mismo!
Impaciencia en una situación concreta
Cualquiera de nosotros muestra impaciencia en ciertos momentos, ¿o no? ¿Quién no ha sentido ese pellizquito, esos nervios, esa expectación y el deseo de un rápido y feliz desenlace?
Es algo tan común, que es fácil empatizar con esa persona que tienes al lado mordiéndose las uñas de la impaciencia.
Muchas veces, basta con escucharle, dejar que se desahogue y hacerle ver que comprendes la situación para que se relaje un poco.
El sentido del humor, si es tu estilo y viene al caso, tampoco está de más. Y, si es tu amigo, le invitas al cine o a salir a dar una vuelta para relajarse y despejarse. Es sencillo.
La cosa se complica si la impaciencia es un rasgo característico de la persona.
La persona impaciente
La persona habitualmente impaciente considera que sus necesidades han de ser complacidas cuanto antes. No suele tener en cuenta las necesidades de otro ni las tuyas. Detrás de ese comportamiento hay bastante egoísmo o puede que ira contenida y resentimiento.
Si te das cuenta, el problema es suyo. No puedes tomarte las presiones como algo personal, porque actúa así con todo el mundo.
Le gusta que le escuchen, que le respeten y le atiendan con celeridad, cuando no está dispuesto a hacer lo mismo con otros.
Tú tendrás que darte cuenta y no entrar en su juego. Sí, aunque estalle mostrando indignación o haga comentarios burlones para provocarte. No te alteres.
Escucha con calma, muestra comprensión y explícale qué puedes hacer al respecto. Aunque, eso sí, enséñale tus límites.
Recuérdale, si es preciso, que no tiene derecho a tratarte así y que tus necesidades también son importantes. Y, si ves que la conversación no avanza, sal de escena hasta que se calme y podáis hablar más tarde.
Algo más que conviene que sepas es que la persona impaciente es muy ingeniosa.
Como desea ser complacida bien y pronto, suele tener desarrollada la habilidad de elaborar excusas convincentes. Con ellas, controla y manipula a los demás a su favor.
Cuando lo vea necesario, el «experto» impaciente exagerará su urgencia o se inventará una trola para que le atiendas cuanto antes. Habrás de estar atento, por si es el caso.
Si crees que hemos pasado por alto algún apunte importante, háznoslo saber. 🙂
¡Ah! Y, si tú eres un impaciente que quiere tomarse la vida con más calma, te recomendamos estas ideas para afrontar la impaciencia.
Imagen de Paul Mayne