Un pequeño detalle puede cambiar un día entero

Así trascurra en un minuto o en un abrir y cerrar de ojos: un pequeño detalle puede cambiar un día entero.

Y qué bueno cuando ese cambio es a mejor.

Nuestra vida transcurre del modo habitual, más o menos predecible, hasta que un buen día se produce un pequeño cambio.

Quizás una insignificante anécdota que puede llegar a generar grandes e impredecibles diferencias.

Es la teoría del caos, donde «caos» no significa desorden ni una consecuencia poco razonable, sino algo desmesurado con lo que no contábamos.

Me quedo con esa idea trasladada a lo cotidiano.

Cuando, simplemente por salir de casa unos minutos más tarde o tomar café en un sitio y no en otro, se desencadenan consecuencias que no imaginamos.

pequeño detalle

Son pequeñas decisiones o situaciones que hacen que el día termine dándonos una sorpresa; a veces agradable y otras no. Pero, ¿a quién no le ha sucedido?

¿Y cuando es un pequeño detalle el que cambia el curso de una vida? Suena quizás descabellado, pero ocurre continuamente.

Como ejemplo, se me ocurre que puedes conocer casualmente a alguien que en ese preciso momento no te imaginas que pueda convertirse en una parte muy importante de tu vida.

O puedes recibir una llamada que rescate un proyecto que dabas por perdido.

O te puede tocar la lotería. Puestos a imaginar, ¿por qué no?

Todo el tiempo ocurren cosas que no vemos venir. Así, de repente, de un instante a otro.

Hay una serie de circunstancias que no podemos prever ni, por tanto, controlar.

Tenerlo en cuenta nos ayudará a asimilar mejor esos cambios tan drásticos, sobre todo si son negativos.

Pero lo bueno también pasa y quizás ocurra cuando menos lo esperes. Permanece receptivo a ese pequeño detalle que hoy pueda cambiar el día… O la vida misma.

A fin de cuentas, la vida es cambio.

Relacionado: