Empieza por organizar tus mañanas

¿Estás relativamente bien organizado? Si es el caso, no te atañe esta sugerencia. Te puede interesar si últimamente estás batallando con el horario.

Supongamos que quieres compartir tiempo con tu familia y amigos, responder en el trabajo y demás responsabilidades, y también tener un poquito de tiempo para ti, para tus asuntos personales. Y, por la razón que sea, no estás logrando la armonía que quisieras.

Te gustaría organizarte mejor; ensamblar esas piezas que, para ti, son las cosas importantes que tú quieres hacer. ¿Por dónde empiezas?

Hazte cuenta que estamos hablando de un rompecabezas cualquiera. Si alguna vez has armado uno con bastantes piezas, sabes que lo más fácil es empezar por los bordes. Así, con el marco armado, te cuesta menos colocar el resto de las piezas.

piezas

En este caso, los bordes son la mañana y la noche. Es decir, la rutina de las mañanas y lo que haces antes de dormir.

Además, esto tiene una ventaja: Aunque cada día tengas diferentes cosas que atender (diferentes piezas para colocar en el puzle), el marco permanece estable: Tienes una rutina fija para empezar el día y otra para acabarlo.

Y, si tienes una tarea muy, muy importante que atender a diario, la puedes colocar en ese marco para que las otras tareas no interfieran.

Empieza por las mañanas

¿Te has fijado en la diferencia que puede suponer un pequeño cambio? Por ejemplo, levantarte 30 minutos antes.

Es sólo un ejemplo: Te levantas media hora antes. → Haces un poco de ejercicio. → Estás de mejor humor. → Te cunde más el trabajo. → Llegas a la tarde más relajado. → Disfrutas más del tiempo con los tuyos… Etc.

Puedes experimentar un poco para ver qué piezas son las que van en tu mañana. Porque, cuando las encuentres, las demás son más fáciles de colocar.

En mi caso, no armé el borde de las mañanas de una vez. Comencé por madrugar y, ya conseguido, seguí añadiendo piezas hasta dejar la rutina a mi gusto: madrugar, ejercicio, desayuno, relax, arreglo, escribir.

Las piezas del resto del día son más fáciles de encajar. Hasta las de la tarde-noche, porque, aunque queden asuntos pendientes, lo esencial ya está hecho y puedo darme permiso para desconectar.

Tú puedes probarlo, si estás un poco perdido tratando de encajar las piezas de lo que quieres hacer a diario: Empieza por los bordes.


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