He aquí unas ideas básicas para construir tu rutina matinal. Una rutina que te sirva para entonarte para tus retos del día.
¡Y, de paso, que la disfrutes!
Diseña tu rutina de las mañanas
Entre empezar un día con prisas desde que abres los ojos (tal cual describe el post anterior) y empezarlo con tiempo suficiente para alimentarte y activarte en condiciones… no hay color.
La segunda opción es más saludable. Estamos de acuerdo, ¿verdad?
Entonces, no discutiremos ese punto. Este post es para apuntar ideas que nos ayuden a cada uno a elaborar una rutina matinal que funcione para eso: para levantarnos con buen pie y sin agobios.
Precisamente, esa va a ser la primera sugerencia a anotar:
1) Pensar primero en qué va a consistir tu rutina matinal

Decides que vas a levantarte un poco antes, ¿para qué?
Para estudiar, para hacer ejercicio, para hacer tareas domésticas, etc. Y, después de decidirlo, asignas una porción de tiempo a cada cosa.
Es decir, haces un plan.
Esto es muy obvio, pero quise apuntarlo para recordar que si vas a comenzar a adquirir un nuevo hábito (el que sea), lo más sencillo es colocarlo al principio del todo. Prácticamente, en cuanto bajas de la cama.
Es un buen truco para hacerte antes con el hábito y para empezar el día con la motivación que da una mañana productiva.
Para organizar tu vida, qué mejor que empezar organizando tus mañanas. 😉
2) Levantarte un poco antes
Depende de lo que hayas decidido en el punto anterior y de cómo sea tu horario actual, esto te costará más o menos trabajo.
Quizás te funcione levantarte un cuarto de hora antes durante una semana; otro cuarto de hora, la siguiente… Así, progresivamente, hasta que llegues a levantarte a la hora que tú consideres.
Si te resulta una odisea, aquí tienes unas cuantas propuestas: Ideas para levantarse rápidamente por la mañana.
Levantarte solo 20 minutos antes puede hacer la diferencia.
3) Irte a la cama antes
¿Crees que es buena idea irte a la cama más temprano cuando vas a madrugar?
Si tienes sueño, sí lo es. Si no estás lo suficientemente cansado, no. No suele funcionar.
Esto se lo leí hace tiempo a Steve Pavlina. Lo puse en práctica y vi que era muy efectivo. Un ejemplo rápido para explicarlo:
Quieres levantarte cada mañana a las 7 a.m. y tu cuerpo está acostumbrado a irse a dormir a las 3 de la madrugada.
Pues, en lugar de acostarte a las 11 de la noche (sin tener sueño), acuéstate a la hora de siempre y levántate a las 7 a.m.
¿Duermes solo 4 horas? Sí, ese día vas a estar medio zombie, pero tus horarios de sueño se regularán (salvo casos excepcionales), porque es probable que esa noche o en las sucesivas ya no aguantes despierto hasta las 3 a.m., como antes.
El cuerpo solito te va a pedir que lo acuestes más temprano. Y en pocos días tienes los horarios ajustados.
Cada persona es distinta. A mí me funciona mejor esta técnica que la de ir progresivamente adelantando la hora de levantarme.
4) El momento más difícil
Ya has decidido qué tareas vas a hacer por la mañana y tienes claros los horarios. Pero lo más difícil viene cuando suena el despertador.
¡Llegó la hora!
No caigas en la trampa de: cinco minutos más. Ya lo vimos. En realidad, son más de 5 y solo sirven para que pases dos veces el mismo mal trago.
¿Lo que mejor funciona? El piloto automático. Por ejemplo, encender la luz y salir de la habitación en dirección al cuarto de baño. Así, mecánicamente.
Esto es cuestión de entrenamiento. Si no te sale bien, siempre tienes el clásico: poner la alarma lejos de la cama, para tener que ir corriendo a quitarla en cuanto suene.
5) Aprovechar bien el tiempo
Ya que has conseguido levantarte temprano, pon en marcha la rutina que hayas diseñado para ti. Y no te preocupes si los primeros días no va del todo bien.
Para hacértelo más fácil, no coloques todos los elementos de golpe (por ejemplo: la meditación, el ejercicio, un ratito de lectura, etc.).
Si quieres armar una rutina matinal con varios elementos nuevos, comienza por el primer hábito. Y, cuando ejecutes esa acción de manera natural, incorporas otra. Así, hasta armar una rutina a tu gusto.
Poquito a poco, irás consolidando una rutina con la que inaugurar bien los días. Y te encantará ese ratito, como a muchos de nosotros.
Si es que no lo has hecho ya, comprobarás que ese tiempo extra matutino vale oro. Cuando te activas tranquilo y dedicas un rato a hacer tus cosas por la mañana, sin agobios, el resto del día va mejor.
¿Lo has probado?