¿Cómo quieres pasar la semana que empieza? ¿Trabajando y despachando otras obligaciones? ¿Y el tiempo para disfrutar, dónde queda?
Ni hablar. Es hora de plantearse una semana más equilibrada y agradable. A ver qué te parecen estas sugerencias.
1. Aparta un tiempo para ti cada día. Hazlo una prioridad, para que no “se lo coman” el resto de actividades. Practica tu hobby o lo que a ti te haga feliz.
¿No lo ves viable? Al menos, guarda 15 minutejos para leer, dar una vuelta, reposar un poquito o cualquier otra cosa que disfrutes.
2. Da prioridad a las tareas importantes. Asigna un hueco a lo que encabece tu lista de prioridades. Ya sabes, esas actividades que te acercan a la vida que tú quieres.
3. Quítate pronto de en medio las tareas incómodas. Decide qué hacer con ellas: delegarlas, eliminarlas de la lista u ocuparte de las mismas.
No dejes que se queden colgando en tu mente. Consumen mucha energía. Por ejemplo, si has decidido que vas a hacer una llamada poco agradable, hazla cuanto antes.
4. Agrupa tareas similares. Lo mismo que haces con la colada. A nadie se le ocurre (supongo) poner la lavadora cada vez que ensucia un pantalón.
Haz de un tirón las tareas poco importantes que se puedan agrupar.
5. Prescinde del perfeccionismo. Es un estorbo. Si surge un imprevisto y no puedes terminar una tarea, avanza hasta donde puedas. Adáptate al tiempo que tengas.
Esmérate más en las tareas que lo merecen. Las tareas “del montón”, simplemente, hazlas (que no es poco).
6. Elimina tareas de tu lista. ¿Hay alguna tarea que ha dejado de tener sentido y que aún mantienes por costumbre? Piénsalo, por si puedes prescindir de alguna.
7. Recorta tiempo a distracciones vacías y a relaciones absurdas. Especialmente cuando estés ocupado, evita distracciones como la televisión o dar vueltas por Internet. Si disfrutas estas actividades, asígnales un hueco.
Las relaciones “absurdas” son las que mantienes con personas que aportan a tu vida malestar, desmotivación e ingredientes similares. ¿Necesitas relacionarte con esta gente? Si es así, hazlo menos.
8. Defiende tu tiempo. Usa la palabra “No” más a menudo, cuando no puedas o no desees atender una petición. O, si lo prefieres, pon límites: di qué estás dispuesto a hacer y cuándo.
9. Programa algo “especial”. Por ocupadísimo que estés, planea esta semana una actividad que te haga feliz: una excursión, una reunión con amigos, un maratón cinéfilo… Lo que tú veas.
(Se entiende, además del ratito diario que reservas para ti.)
Descansar y “juguetear” son actividades esenciales para poder hacer todo lo demás con gusto y, desde luego, para tomarle sabor a la vida.
10. Haz balance. Adopta la costumbre (diaria, semanal, mensual o como te parezca) de repasar lo bueno que has hecho y los mejores momentos vividos.
Repasa también los traspiés, para aprender de los mismos y hacer ajustes, si procede.
No me he extendido mucho, ya que estas ideas aparecen con frecuencia en el blog. Si aún no te has decidido a probar ésa que ha llamado tu atención, ¿qué tal si lo haces esta semana? 😉