Vamos a repasar los beneficios de saltar para la salud.
¿Saltar? Sí, saltar a la comba, al tejo o practicando bailes regionales, siempre con precaución para no salir con lesiones.
Beneficios de saltar
Estás en compañía de un grupo de amigos y conocidos y, de repente, llega una buena noticia: ¡Os ha tocado la lotería!
Muy probablemente, habrá gente en el grupo que se ponga a saltar de la emoción (quizás, tú mismo). ¿A que sí?
Quién duda que dar saltos es un clásico a la hora de expresar la alegría.
Aunque lo práctico del asunto es que también funciona al revés. Es decir, si tu estado de ánimo es neutro o tirando a alicaído, puedes sentirte mejor casi instantáneamente sólo por saltar un poco.
Beneficios de saltar… ¡Bota, Bota, Bota!

Sí, ya sabemos que liberamos endorfinas (y nos sentimos mejor) practicando ejercicio físico, en general.
Pero un estudio [éste] acaba de demostrar que realizar este tipo de movimientos asociados a la alegría (como saltar y bailar) hace que se genere una emoción positiva antes que realizando otros movimientos más neutrales (como hacer una sesión de abdominales, por ejemplo).
Por probarlo, nada se pierde… (hop, hop, hop…). Aunque, si aún necesitas más razones, apuntémoslas. La primera ya la tenemos:
1. Te sacudes las penas en un visto y no visto. (Lo que hemos dicho.)
2. También te sacudes el frío. Es el ejercicio perfecto para esa mañana de invierno en la que se te ha entumecido hasta el nombre. Unos cuantos saltos y el frío es historia.
3. Quemas bastantes calorías. Esto dependerá de tu peso, del tiempo que estés saltando y de los bríos que le eches al ejercicio, claro.
4. Es fácil. Por mucho que se complique la técnica, no necesitas practicar años para ser un canguro experto.
5. Es muy completo. Agarra una cuerda y ponte a saltar. Verás cómo lo notas en piernas, brazos, abdominales…
6. Está al alcance de mucha gente. Con las adaptaciones que fueran necesarias, pueden practicarlo personas de edades diversas y de cualquier sexo, cultura o nivel económico.
7. Admite una variedad apabullante. Puedes saltar con cuerda o sin ella; solo o acompañado; hacia adelante, de lado a lado o sin moverte del sitio; con trampolín o vistiendo minifalda (con un poquito de cuidado, en este caso).
8. Puedes practicarlo en cualquier parte. Bueno, casi… A mí me regañaban de pequeña por saltar en la cama.
9. Consume poco tiempo. Hay actividades físicas que requieren preparativos (ropa, accesorios…). Saltar requiere muy pocos. Puedes ponerte a saltar en el momento que decidas, con el consiguiente ahorro de tiempo.
10. Es muy divertido. Eso lo aprendimos hace un tiempecito. Mira cómo saltan los niños/niñas a la comba, jugando a la rayuela o haciendo carreras de sacos, por ejemplo.
Y así es como cerramos el círculo: ¿Quieres sentirte feliz?: ¡SALTA!
Eso sí, hazlo siempre cuidando de tu cuerpo. Elige bien el calzado, el ritmo, la intensidad, la duración del ejercicio… y, si fuera necesario, consulta a un profesional antes de comenzar con un programa de ejercicios.
Y, si todavía no te apetece saltar, podrías darle una oportunidad al baile, que también tiene lo suyo: Beneficios del baile para la salud. 😉