Hagamos un repaso veloz de ciertas circunstancias que apagan o anulan las ganas de levantarse por la mañana y ponerse manos a la obra.
¿Listo?
Muchos de nosotros hemos pasado por más de un punto de los que vas a leer. Quizás tú también hayas tenido o tengas que resolver unas cuantas de estas situaciones.
10 Circunstancias que desmotivan a cualquiera
1. No tienes metas. Necesitas ponerte un objetivo (por pequeño que sea) para tener ganas de moverte.
2. Las metas son poco inspiradoras. Hay personas que dicen que un objetivo es importante y allá que te lanzas, cuando para ti no tiene tanto valor.
¿Tocas el piano porque a ti te gusta o porque a tu madre le encanta?
3. Los resultados no llegan. La impaciencia desinfla tu motivación. Hay objetivos que llevan su tiempo.
4. Encuentras obstáculos y fracasos. Da igual lo bien hecho que esté tu plan y lo concienzudamente que lo lleves a cabo. Algún tropiezo va a haber, porque forma parte del camino.
¡Sigue andando!
5. Te aburres. Con algunos objetivos no hay más remedio que realizar constantemente las mismas tareas, día tras día. Lo bueno es que, cada día que las haces, estás más cerca de conseguir lo que quieres.
6. Sucumbes a la pereza. Los sueños se quedan en sueños si no actúas. Tu plan no cobra vida sin ti.
Gestiona tu tiempo para que te dé para trabajar por tus objetivos. Y, también, para distraerte y descansar. Las dos cosas son necesarias.
7. El entorno no te apoya. Las personas que tienes cerca no creen demasiado en ti. Es duro. Habrá que suplir esa falta de apoyo con más confianza en ti mismo.
8. No crees en ti. Más difícil todavía. Tendrás que empezar poniéndote pequeños retos. Irás ganando en confianza, poco a poco, conforme los vayas superando.
9. Te rodea gente negativa. No sólo no te apoyan, sino que te desalientan.
De acuerdo. Hay gente que parecen programada de serie para detectar únicamente fallos, problemas e inconveniencias o para ponerle la zancadilla a quien intenta progresar.
Pero también hay personas que quieren verte crecer. Apégate a éstas y distánciate de las otras.
10. Te comparas con los demás. Cada persona realiza su propio camino, con sus propios retos y obstáculos. Céntrate en el tuyo. Y las comparaciones que no te sirvan para mejorar… ¡fuera!
¿Te suena alguno de los diez? Apuesto que te habrá tocado aprender de la experiencia y remontar.
Pero, ¿sabes qué te digo?
Encontrarás el modo
Sería maravilloso que viniera todo rodado y que te encontraras en las condiciones idóneas para hacer lo que quieres hacer.
Quién va a negar que es preferible tener el entorno a favor, contar con el conocimiento que necesitas, disponer de las herramientas al alcance de la mano… Eso es lo ideal. Tan ideal, que no ocurre a menudo.
Cuenta con que la mayoría de las veces las circunstancias no serán tan perfectas. Qué voy a contarte… Seguro que ya lo sabes. Como también sabes que eso no tiene porqué frenarte.
Que las circunstancias estén lejos de lo perfecto no es una excusa para esperar indefinidamente a que “se perfeccionen”. No es un impedimento para que actúes con lo que sabes ahora y con lo que tienes a mano.
La paradoja del asunto es que, cuando partes de una situación no tan favorable en la que has de esforzarte más, es probable que descubras diversos modos y maneras de seguir adelante, que quizás no hubieras descubierto partiendo de un escenario ideal.
Las limitaciones se transforman en ventajas cuando de ellas obtienes un aprendizaje que será muy útil para superar los siguientes obstáculos.
Así que déjate de excusas. Acepta el desafío y lucha por lo que quieres. Recuérdate que, venga lo que venga, te adaptarás a ello como lo has hecho tantas veces en las que no te ha quedado de otra.
Pese a que las circunstancias desmotivan, encontrarás el modo de seguir… una vez más. 😉
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