¿Te han roto alguna vez el corazón?
Si es que sí, entonces te sonará que se trata de un dolor pasajero aunque, tan intenso, que parece que va a acompañarnos toda la vida.
Enamorarse, desde luego, es una experiencia fascinante, pero tiene esa otra cara que a nadie le gusta: el rechazo, el abandono, la falta de reciprocidad en los sentimientos, etc.
Pocos se libran de conocer esa cara amarga del amor y cada uno la sobrelleva como puede. Hay quienes se hunden en la miseria, mientras que otras personas sanan sus heridas más deprisa.
A continuación, veremos formas de atenuar el dolor, procurando que pase lo antes posible.
1. Asume el golpe
Ésta suele ser la parte más difícil: aceptar la situación.
Quizás venga después de intentar negar que algo así esté pasando y de buscarle mil y una explicaciones, pero es inevitable que llegue.
Hay que asumir el dolor, sentirlo, ser consciente de él, para luego dejarlo ir.
2. Recobra tu independencia
Tras el fracaso de esa relación, quizás te asalte la necesidad desesperada de «reconquistar» a la persona o puede que quieras «llenar el vacío» involucrándote de nuevo en otra relación.
Eso no funciona.
Cuanto antes comprendas que tu felicidad no depende de otra persona que no seas tú mismo, mejor.
Aprovecha el momento para resurgir, para quererte a ti mismo.
3. Ten muy presentes tus cualidades positivas
Que no le intereses a una persona no quiere decir que valgas poco, en absoluto.
Recuerda eso y créelo porque es cierto.
4. No encarceles tus pensamientos
Quizás te sorprendas fantaseando sobre esa persona sin poderlo evitar. Está bien. Es algo natural.
Si te angustias y continuamente te reprimes para no tener esos pensamientos, es más probable que surjan.
Poco a poco se irán desvaneciendo.
5. Ayuda a otras personas
Ayudar o simplemente escuchar a otras personas, además de ser bueno para ellas, es bueno para ti.
Te liberas ese rato de la carga y te sientes mejor contigo mismo.
6. Ríe y también llora
Reír está claro que es una de las mejores medicinas, pero también lo es llorar para desahogarse en esta situación.
Ese tipo de llanto alivia el estrés.
7. Haz una lista de lo bueno y lo malo
Al estilo americano, haz una lista con actividades que te hacen sentir bien, en un lado, y con las que te hacen sentir fatal, en el otro.
Del lado de «las malas» puede estar, por ejemplo, esa necesidad de releer antiguas cartas.
Del lado de «las buenas», lo bien que te lo pasas viendo una película de terror en la que se muere hasta el apuntador.
Está claro: Haz más actividades de la lista de «las buenas».
8. Mueve tu cuerpo
Necesitas endorfinas por un tubo. Así es que no te quedes en la cama o en el sofá las horas muertas.
Pasea, salta, corre… y, algo muy importante: ¡que te de el aire!
9. Empieza algo nuevo
Un hobby, un curso, un viaje… El mundo no se acaba y hay mucho por probar.
¿Qué tal si empiezas algo que lleves tiempo postergando? ¿Y si te atreves con algo insólito?
10. Recobra la esperanza
El dolor de un corazón roto no dura para siempre. La tristeza y la sensación de vacío, tampoco.
El corazón sanará sus heridas y volverá a amar, si le dejas.
Es así para todos y cada uno de nosotros. La vida sigue y con ella se sucederán experiencias dulces y amargas.
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Este post está basado en: 10 Tips to Mend a Broken Heart.
Lógicamente, lo del corazón roto es una metáfora por lo mal que se pasa en esas experiencias amorosas que se van al traste.
Pero no pasa de ahí. También se puede romper el corazón literalmente, cosa que es posible en ciertos casos de estrés físico o emocional intenso.
Tomemos nota, amigos. Estrés, el justito y los amores corrosivos para quien los quiera, que hay que cuidar bien de nuestro motor. 😉
Imagen de Joe Shlabotnik