Esta entrada habla de aliviar la tristeza ocasional. Pero, ojo, estar triste de vez en cuando no tiene nada de malo.
Sentir tristeza ocasionalmente es algo muy natural. El estado de ánimo se ve vapuleado como consecuencia de un suceso doloroso, de una frustración o incluso debido al desgaste y el cansancio.
Si nos dan a elegir, la mayoría preferimos estar alegres, que es justo lo contrario. Pero ocurre que la alegría y la tristeza se suelen encadenar en la vida.
Por ejemplo, hoy podemos estar tristes porque hemos perdido algo que nos daba alegría y mañana podemos estar alegres, al habernos librado de lo que nos producía tristeza.
En este post apuntaremos ideas para sobrellevar ese estado de abatimiento y hacer que pase lo antes posible.
10 Ideas para aliviar la tristeza
- Si tienes ganas de llorar, llora. Desahógate, que eso es mejor que quedarse con un pellizco en el corazón.
- Enfócate en el momento presente. Muchas veces la ansiedad y la tristeza llegan por tener los ojos puestos en un futuro incierto o en hechos que ya han quedado atrás.
- Toma conciencia de que la tristeza es pasajera. Ten fe en que es así.
- Cuida de tu cuerpo. Mímalo, relájalo… Escúchalo para saber qué te pide.
- Mantente ocupado. Muévete o involúcrate en una actividad que te haga concentrarte solo en ella.
- Sal a que te dé el aire fresco y un poquito de sol. Un simple paseo de 20 minutos puede bastar para despejar los nubarrones de tu mente.
- Lee algo reconfortante o, quizás, tu revista favorita.
- Charla un ratito con alguien, ya sea con la intención de desahogarte o de hablar de cualquier asunto trivial.
- Si prefieres estar a solas, escribe lo que sientes o aquello que se te ocurra. Usa tu diario como confidente.
- Haz algo que ayude a otra persona. Ocasiones no te faltarán.
Combina como gustes las ideas anteriores y, como dice el punto 3, sé consciente de que la tristeza irá pasando.
Vas a dejar de estar triste. Mientras tanto, acepta que, como ocurre en lo meteorológico, a veces hay días de sol y otras, días nublados.
Es importante que te des permiso para sentir la tristeza; que la expreses y la dejes ir. En cuanto la tristeza se vaya desvaneciendo, podrás volver a ocuparte de poner en marcha tu motivación y de echar combustible a tu actitud positiva.
También tienes estas ideas que siguen.
6 Estrategias para sobrellevar la tristeza ocasional
Nos las brindan en Psychology Today: 6 Estrategias.
1. Evita el juego de la comparación
Todos atravesamos días o rachas difíciles. Si tú estás triste, de nada te sirve comparar tu situación actual con la de otra persona que aparenta llevar una vida más feliz.
Además, quizás no estés seguro de lo que esa persona lleva por dentro. Hay una cara oculta en los demás que, muchas veces, no vemos.
La pérdida, el dolor, el fracaso, la enfermedad… nos alcanzan a todos alguna vez. Asimismo, es común quedar aprisionados de tanto en tanto por la nostalgia o por recuerdos dolorosos.
O, simplemente, despertar un buen día con la pena en el cuerpo, sin saber a ciencia cierta a qué se debe.
2. No te fuerces a estar alegre
Querer sacudirte a fuerza la tristeza suele hacer que se intensifique. Luego, no pelees contra ella. Acéptala. Permítete estar triste. No hay nada de malo en ello.
3. Mírala como si fuera una borrasca
Las emociones tienen algo en común con la meteorología: son cambiantes. Un día hace sol; otro, llueve.
Considera tu tristeza como algo temporal y estarás más tranquilo mientras los nubarrones se marchan.
4. Sal fuera de casa
Intenta salir de casa, aunque no te apetezca de primeras.
Si puedes darte una vuelta por algún espacio verde, tanto mejor. Ésta es una medicina efectiva para los bajones emocionales. Te ayudará a despejarte.
Que te dé el aire fresco. Sumérgete en el paisaje, en los sonidos, en los colores que te rodean. Déjate envolver por la curativa madre Naturaleza.
5. Conecta con otra persona
Conectar con otros no tiene por qué ser irte de jarana. Puedes ir a tomar un café con un amigo o conocido.
Hablar con alguien te permite desahogarte, aliviar la pena y ver tu situación de un modo distinto.
Además, te ayuda a salir de ti mismo, dejando de dar vueltas sobre tus pensamientos dolorosos.
Y, si esa persona con quien hablas a su vez necesita ser escuchada (porque también esté pasándolo mal), te brinda la ocasión de ayudarle; actitud generosa que puede repercutir en ti favorablemente.
6. Haz algo para estar mejor
Como dice el punto 2, no se trata de que te fuerces a estar alegre a toda costa, sino de encontrar una actividad con la que puedas pasar un rato agradable y, por qué no, divertido.
Esto puede incluir la propuesta del paseo o lo que a ti te parezca: ver una película, escuchar música, leer, hacer un poquito de bricolaje.
¿Te ayudan las ideas anteriores? ¿No te sirven? En cualquier caso, ten a mano tu propio botiquín emocional para esos momentos de tristeza y llénalo con lo que a ti mejor te funcione.
Aclaramos: Cuando se trata de una tristeza profunda y arraigada, mantenida por mucho tiempo, estamos hablando de otro tipo de tristeza, que puede ser la cara visible de una enfermedad, trastorno u otro problema.
En ese caso, lo más sensato, efectivo y rápido es animarse a buscar la ayuda oportuna.
Sea como fuere, cuídate y trátate lo mejor que puedas.