La determinación es una cualidad admirable. Mira a esa persona que concentra sus energías y su atención sobre lo que le importa.
Ha tomado la decisión firme de luchar por ello y está dispuesta a hacerlo, por duro que se torne el camino.
Pues, esa elogiable virtud puede formar parte de ti en cuanto te preguntes:
¿Qué estoy dispuesto a hacer para lograr lo que quiero?
Si te respondes que vas a luchar, aquí tienes algunos puntos para asentar y hacer crecer tu determinación.
Conoce bien tus puntos fuertes
Cada uno de nosotros puede mostrar determinación según su propio estilo y apoyándose en sus propias fortalezas.
Se trata de que tú te conozcas lo suficientemente bien como para identificar las tuyas: ¿Eres rápido actuando después de decidirte? ¿Eres paciente y templado? ¿Te creces con los obstáculos? ¿Eres hábil esquivándolos?
Son sólo ejemplos. Mira bien dentro de ti en qué cualidades puedes apoyarte para seguir adelante.
Elige el esfuerzo
Deja de esperar que la suerte te sonría o no. Estupendo, si lo hace, pero no dejes en sus manos tu destino.
La lucha, la práctica constante es una baza mucho más segura para llegar hasta donde quieres.
Ten cuidado con las distracciones
Algunas de esas distracciones son como la mala yerba que crece en el terreno que tú estás cultivando. Y, en el peor de los casos, pueden echarte a perder la cosecha.
Evita o minimiza el daño que puedan hacerte, por ejemplo, cierto tipo de relaciones o tentaciones que te apartan de tu camino.
[Más, aquí: Técnicas para vencer tentaciones.]
Comprométete contigo
Hazte la promesa de que harás todo cuanto puedas para lograr lo que te has propuesto.
No estás probando a ver qué sale. Estás comprometido con tu deseo. Actitud que imprime más fuerza a tu progreso.
Eso sí, respeta siempre tus valores personales (sean los que sean). Comprometerte a hacer algo que vaya en contra de ellos no te hará sentir demasiado bien.
Evalúa y haz ajustes
Vas a aprender mucho en tu camino y algunos de esos aprendizajes serán duros. Pero, como dice ese sabio proverbio que dice:
Rectifica los malos pasos y ten en cuenta que el progreso no suele ser lineal.
Cuando puedas avanzar más deprisa, aprovecha. Cuando toque ir despacio o dar un paso atrás, confía en que luego podrás dar varios hacia delante.
Y, a cada momento, céntrate justo en el paso que vas a dar.
No pierdas de vista lo más importante
Recuérdate a menudo porqué haces lo que haces y dónde está tu meta. Hazlo cada día, especialmente cuando flaqueen las fuerzas.
Hazlo hoy. ¡Sigue adelante!
Tú y yo podemos tener tanta determinación y fortaleza como el que más. ¿Lo comprobamos?
Imagen de Foto Pamp