¿Dónde va Vicente? Donde va la gente.
Si a la mayoría de la gente le da por tirarse por un precipicio, Vicente considera que ésa es una buena razón para hacer lo mismo.
Si la gente sigue una moda insulsa, Vicente la sigue también, sin preguntarse qué tiene de interesante o enriquecedora. Él piensa que, cuando tantos toman la misma decisión, seguramente será buena.
Sea una buena o mala decisión, Vicente desaprovecha la oportunidad de pensar por sí mismo. Prefiere vivir en la esclavitud de lo que piensa la mayoría a la libertad de forjar su propio criterio y decidir según el mismo.
En algún momento, Vicente oyó a su intuición gritar a lo lejos: “Eso no te conviene. No es lo que quieres.” Pero no le prestó ni medio oído. Siguió a la mayoría, como en otras ocasiones.
El bueno de Vicente se descalabró con algunas de esas decisiones que tomó la gente. Con otras se benefició de la sabiduría colectiva. Tal vez, esas decisiones acertadas inclinaron la balanza a favor del refrán, para que Vicente siguiera yendo donde iba todo el mundo.
Hoy, a Vicente le sigue importando poco desarrollar su propia opinión. Renuncia a su sabiduría y a la libertad de equivocarse (o de acertar). Renuncia a aportar valor al grupo con su propio punto de vista.
Vicente se diluye en la multitud perdiendo su esencia. Pierde él y perdemos todos los demás, que no llegaremos a conocer sus ideas basadas en su propio criterio. Y, quizás, animados por su ejemplo, nos parezca que hizo bien siguiendo a la gente sin pensar.
No obstante, antes de hacerlo podemos preguntarnos: ¿Merece la pena renunciar a tomar decisiones propias? ¿Por qué renunciar a aportarle al mundo nuestra perspectiva única sobre las cosas?
Imagen de roberthuffstutter
Comentarios
2 respuestas a «¿Dónde va Vicente…?»
Excelente artículo! Muchas gracias, de verdad que pensar por nosotros mismos es una de las mejores -si no es la mas- capacidades que tiene el hombre: el uso de su libre albeldrío. Me has animado a seguir intentando ser diferete a la masa. Que tengas un muy feliz año nuevo!
La cosa no es ser diferente sólo por llevar la contraria, sino elegir qué principios van a regir nuestra vida y ser fieles a ellos. A veces cuesta… 😀
Gracias, Angélica. Yo también deseo que entres con buen pie en el nuevo año y que continúes por la buena senda (la que tú quieres).
Besos!