Maneja la envidia y todo el estrés que produce

Como sabemos, compararse con otros es muy estresante cuando se pone el acento en lo que nos falta para llegar al nivel de ellos.

De dejarnos llevar por esa tendencia, iremos derechos al camino de la insatisfacción, porque siempre va a haber alguien que tenga algo que nosotros deseamos.

Todos tenemos esto clarísimo.

Entonces, si sabemos que no nos hace bien, ¿por qué envidiamos tanto a los demás?

Supongo que, como pasa con otras cuestiones, los seres humanos no siempre hacemos lo que es más saludable.

estresada

Pero, como cada vez existe una mayor conciencia y más formación sobre el cuidado de la salud, es de esperar que cada vez un mayor número de personas aprendan a manejar el estrés y a suprimir fuentes innecesarias del mismo. Y una de esas fuentes (bastante tóxica) es la envidia.

¿Tiene algo que ver la envidia con la salud? Tú dirás…

Para empezar, afecta negativamente a las relaciones personales. Y también, a la creatividad y la productividad personal. Porque, en lugar de centrarte en potenciar tus talentos, estás desviando tu atención hacia los talentos de Fulanito, cosa que puede mermar tu rendimiento (si no la usas bien).

La envidia te roba claridad de ideas; te roba paz. Y, logrando la carambola perfecta, te convierte en una versión de ti mismo ansiosa e inconforme.

Esto es, estresada innecesariamente por derrochar energía y atención en ver qué te falta para ser feliz.

(No me estoy refiriendo a ti. En estos temas siempre hablo en general. Me estoy refiriendo a todos nosotros, que ahora vamos a aprender cómo quitarle veneno a la envidia para que deje de ser una fuente de estrés.)

Evitar que la envidia te controle a ti y hacer que sea al revés

Lo ideal es deshacerse de buena cantidad de envidias y quedarse con la cantidad justa que se pueda manejar.

¿Por qué no deshacerse de toda la envidia? Seamos realistas. A veces miraremos con deseo algo que otros tienen. Es muy humano y natural.

Entonces, en lugar de pretender algo tan elevado, ¿qué te parece si aprovechamos el lado bueno de la envidia? Tenerlo, lo tiene. Ya lo vimos:

  1. La envidia nos ayuda a conocernos mejor y a que descubramos intereses que nos gustaría desarrollar. ¡Qué bueno sería que yo te encontrara a ti leyendo todas las tardes y me diese envidia!
  2. También nos motiva para querer alcanzar eso tan apetecible. ¡Me voy a buscar mi libro… ahora mismo!
  3. Y, si la transformamos en admiración, reconocemos a otras personas como modelos de inspiración y aprendizaje.

Visto de esta manera, unas gotitas de envidia de tanto en tanto no le hacen mal a nadie.

Pero la clave para poder manejar la envidia de esta manera es que abras los ojos para reconocer y valorar todos los talentos que tú tienes, así como cada cosa buena (grande o pequeña) que forma parte de ti.

Cuanto mejor te sientas contigo mismo y experimentes más gratitud hacia todo lo bueno que hay en tu vida, menos estrés sentirás por aquello que te falta y que veas que otros sí tienen.

En ese caso, lo que verás es el modo de conseguir lo que deseas utilizando todo ese potencial tuyo.


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