¡Ay! Ese monstruito infernal, que puede hacernos desgraciados y amargarnos el día… o tal vez se trate sólo de una pulga molesta.
En cualquier caso, como decía Shrek, «mejor fuera que dentro» de nosotros.
A continuación se apuntan buenas ideas para despacharla. Envidia, ¡feliz viaje al inframundo del pesimismo!
1) Evitar compararse con los demás
En cada faceta de nuestras vidas, siempre va a existir alguien que nos supere y, también al contrario, nosotros vamos a ser más exitosos que otra persona en el aspecto que sea.
La vida es cambio. Hoy podemos ser el número 1 y mañana el número 500. Hoy podemos tener un trabajo basura y mañana un empleo maravilloso: CAMBIO. Sólo hay que aceptarlo como es.
(Relacionado: Cómo dejar de compararse con los demás.)
2) Estar agradecido
Todos tenemos docenas de virtudes, cualidades y habilidades por los que sentir gratitud. Perder todo eso de vista es un feo gesto hacia nosotros mismos.
3) Desarrollar la mentalidad de la abundancia
En ocasiones la envidia llega desde el miedo. Sentimos que vamos a perder algo y entonces surgen el miedo y la impotencia. Esto suele ocurrir cuando adoptamos esa percepción de la escasez.
La mentalidad de la abundancia consiste en centrarse en las nuevas oportunidades que podemos generar.
Después de un fracaso, mientras se sigue vivo, existe la oportunidad de volver a intentarlo por otros medios. En esencia: buscar nuevas ideas, opciones o caminos; renovarse.
4) Pensar en lo que hace la envidia por nosotros
Cuando somos conscientes de que entra en escena la envidia, ¿acaso es para hacernos algún bien? No, sin paliativos.
La envidia carcome nuestra autoestima y nos da excusas para no seguir progresando, llegando a la conclusión de que otro lo ha tenido más fácil en la vida.
Ufff… Vaya sentimiento repugnante… ¿A que dan ganas de echarlo a patadas?
5) Volcarnos en nuestra propia vida
Sin duda, la forma más eficaz de no ser pescado por la envidia. Dejemos de pensar en lo que hacen o consiguen otros, a no ser que sea constructivo para nuestro aprendizaje.
Relajémonos, adoptemos una actitud positiva y… ¡que todo fluya! Menos análisis y más diversión; más momentos de plenitud haciendo lo que nos gusta y compartiéndolos con las personas que queremos; más momentos saboreando los pequeños placeres de la vida.
Vamos a mostrarles el camino de salida a todos los sentimientos que nos cortan las alas. ¿Estás de acuerdo?
Este artículo es una adaptación de: «How to Overcome Envy: 5 Effective Tips«, escrito por Henrik Edberg en su blog: «The Positivity Blog«.
Si lo visitas, te cargarás de buena energía a la vez que estás aprendiendo trucos para optimizar cada uno de tus días. Muy buen sitio.
Imagen de Florencia Cárcamo
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