El entorno ejerce un papel importante cuando estás dejando de fumar. Recibirás comentarios de todo tipo de parte de familiares y amigos.
Y, quizás, tengas la ocasión de escuchar frases tan desafortunadas como las que vas a leer.
- Para dejar de fumar lo único que hace falta es tener fuerza de voluntad.
- Quien quiere dejar de fumar, lo deja. No necesita ningún tipo de producto de ésos que anuncian.
- No pasa nada por fumarte uno o dos cigarrillos de vez en cuando.
- ¿Otra vez dejas de fumar? Ya lo has intentado docenas de veces… y has vuelto.
- ¿Es que no te importa tu salud? Mírate. Cada día estás peor.
- Estás insoportable. Eras una mejor compañía cuando fumabas.
- Oye, estás engordando un poquito.
- Deja… Voy a encender un cigarrillo delante de ti para ver si es verdad que te lo estás tomando en serio.
Comentarios como esos afectan de manera negativa a algunas personas. Ponen el acento en la incapacidad, en el fracaso, en los inconvenientes, etc. En lugar de “fortalecer”, debilitan.
Hay familiares y amigos que son fumadores y realizan comentarios inadecuados, a mala idea o por la frustración que supone que tú estés andando por un camino que ellos no saben, no quieren o no se ven capaces de andar en este momento.
Otros comentarios desafortunados se realizan por falta de empatía o de conocimiento, ya fume o no la persona que los realiza.
En ese caso, es mejor que les tengas paciencia. No todas las personas saben o imaginan lo difícil que es dejar de fumar. Por su desconocimiento, se hacen expectativas poco realistas sobre ti y tu lucha contra la adicción.
Lo más recomendable es que evites entrar al trapo con este tipo de comentarios y que, si hay alguien que te lo está poniendo particularmente difícil, te alejes hasta que hayas tomado la fuerza necesaria para dejar que sus palabras te resbalen.
Aléjate, por el momento. Dejar de fumar ya es lo suficientemente difícil como para tener que aguantar impertinencias extra. ¿No te parece?
Imagen de Megathon Charlie