Este artículo no está dirigido a los fumadores, sino a aquellas personas que están cerca de ellos.
Sabemos que la mayoría de los fumadores hacen algunos intentos antes de dejar el tabaco definitivamente.
No todos lo consiguen a la primera, pero los primeros intentos son importantes porque el fumador también aprende de lo que no funciona, hasta que llega el día en el que, por fin, se libera de la adicción.
Con el objeto de ayudar al fumador, quienes le quieren bien suelen ofrecerle argumentos para que lo deje definitivamente.
Hoy veremos cinco de ellos que suelen ser contraproducentes o inservibles, según los expertos.

Vas a tener cáncer.
El fumador ya sabe esto. Ha escuchado lo del cáncer, lo del efisema pulmonar, amén de otras enfermedades crónicas y dolencias asociadas al consumo de tabaco.
Por si no bastara, se lo recuerdan continuamente las cajetillas de tabaco, con esos mensajes tan «encantadores» que llevan impresos (al menos, aquí en España).
Quizás, de primeras el mensaje cause algún impacto en el fumador, pero muchos de ellos se acostumbran tanto al mismo que terminan «bloqueándolo».
Cuando alguien se lo recuerda de viva voz, el fumador también lo bloquea.
Así es que ¿por qué no ofrecer un mensaje distinto, que enfatice lo bueno de mantenerse lejos de los malos humos?
Si me quieres, déjalo.
Este chantaje, induciendo al fumador a sentirse culpable, tampoco es de ayuda.
El fumador se siente peor consigo mismo y muy probablemente se enfade al escuchar tal frase.
Fumar es horrible. No sé porqué no lo dejas.
El fumador ya sabe que fumar no es bueno. ¿Por qué no lo deja?
Quizás ha fracasado en los primeros intentos o cree que no puede dejarlo.
Es de más ayuda centrarse en lo positivo. Por ejemplo: «¿Cómo puedo ayudarte?«
Llegará el día en el que el fumador te tome la palabra. 😉
Mírate; ¡te cuesta respirar!
En lugar de resaltar las dificultades que tiene el fumador para respirar (ya que él es el primero en notarlas, sobre todo cuando está resfriado), es de más ayuda invitarlo a realizar actividades incompatibles con la actividad de fumar.
Anímalo a pasear, a bailar y a cualquier otra actividad saludable.
¿Quieres que tus hijos/nietos te vean fumando?
El fumador, por lo general, no está orgulloso de su dependencia; no le gustaría que sus hijos o nietos tomasen ese ejemplo para sus vidas.
Sin embargo, hacer que se sienta avergonzado es menos efectivo que resaltar el buen ejemplo en el que se convertiría si decide dejar de fumar, que no es cosa fácil.
En definitiva, es más eficaz centrarse en lo positivo, que en avergonzar, culpar o asustar al fumador más de lo que está.
Dejar de fumar es un proceso muy difícil para algunas personas, por lo que no añadir más tensiones o malestar también es de ayuda.
¿Y tú? ¿Qué crees que funciona mejor para apoyar a alguien que se plantea dejar de fumar?
Imagen de Sami_