El título lo dice todo. Parece fácil de hacer, pero hay que practicarlo. Por eso hemos de recordarlo a menudo:
Frena tu imaginación, por ahora. Y pon los pies en la tierra.
Para empezar, nos enfrentamos a la preferencia de nuestro cerebro por las cosas completas. La incertidumbre no es plato de su gusto. Se esfuerza en completar el puzle y, cuando le faltan piezas, se las “inventa”.
Si nos encontramos con una situación que interpretamos como difícil o dolorosa, nos estresamos, nos asustamos. Con esas emociones al mando, nos “inventamos” muchas piezas. Todas ellas negras y siniestras. Y, claro, se nos queda un puzle que da pánico mirarlo.
Ojo al papel de las emociones
Emociones y pensamientos se retroalimentan. Piensas en una situación difícil; sientes ansiedad. La ansiedad provoca pensamientos más negros; te sientes peor.
Y así sigue progresando el asunto, hasta que decides cortarlo. Porque, si no lo haces, terminas con un cacao mental tremendo. Tal vez, anticipando desgracias futuras (que quién sabe si ocurrirán) o buceando en lodos del pasado (que ya no pueden cambiarse).
Quita el exceso de piezas negras
La situación es complicada. Ni tienes toda la información ni la menor idea de cómo acabará. Vale. Pero no por eso tienes que inventarte todas las piezas que faltan y creerte que están bien puestas.
Por ejemplo, a mí en enero me fue de pena con los ingresos. Un espanto. ¿Me estresé? Sí. Y no veas la catástrofe económica que llegué a imaginarme. No me detuve en el resultado del año. Fui más allá imaginándome horrores.
¿Me sirvió de algo? Sí. Me sirvió para estresarme más. El único hecho real y comprobable fue la bajada de ingresos. Lo demás fueron conjeturas y preocupaciones cansinas. Piezas inventadas.
Cíñete a los hechos
Si la realidad es complicada, no la compliques más añadiendo piezas que no sabes seguro que van en ese hueco. (Eso es lo que yo trato de recordarme.)
Es normal sentirte asustado o triste cuando te enfrentas a una situación difícil. Pero, ya que reposan las emociones, es decisión tuya alimentar las fantasías catastróficas o ceñirte a la parte de la historia que conoces.
Pon los pies en la tierra. Quédate en la realidad. Recuérdalo las veces que hagan falta para practicarlo cuando el miedo te lleve por escenarios terroríficos.
Suele hacerse más fácil a medida que lo practicas. Yo puedo decirte que he hecho un buen progreso, pero necesito seguir practicando.
Más sobre ANSIEDAD
Imagen de Patrick Hoesly