Gritar para desahogarse. ¿Funciona?

¿Qué tan efectivo es gritar para desahogarse y liberar el estrés? Entérate y prepárate para comprobarlo.

Para empezar, piensa en la última vez que gritaste a pleno pulmón, con total libertad (en un concierto, en el cerro de una montaña…) y en cómo te sentiste después.

Gritar desestresa. ¿A ti, no?

Algunas personas sentimos alivio cuando sacamos las presiones del pecho a grito limpio. Otras, no.

Habiendo tantas opciones diversas para manejar el estrés, tantas situaciones potenciales de causar estrés y tantas personas diferentes enfrentándose a lo suyo, lo natural es que cada persona se arme su propio repertorio a medida para restaurar la calma.

En particular, la de gritar es una opción de las menos populares.

Como también se observa en el reino animal, la función del grito está más ligada a llamar la atención que a la de desahogarse. Esa es una razón.

gritar furiosa

Gritar se asocia al peligro y a la locura

Estás en período de exámenes o es temporada de trabajo intenso en la oficina. Se agolpan los pedidos, las órdenes. Las horas pasan rápidas como relámpagos… Y tú, en el escritorio, con la cabeza a punto de estallar.

Gritar no suele ser la opción más conveniente, por mucho que te apetezca. Hay otras más discretas, que también pueden ser efectivas y que puedes combinar para liberar tensiones.

Si será por variedad de opciones…

1. Puedes levantarte de la silla y salir a correr. Quien dice correr, dice pasear. Y, si no es pasear, también alivia sacar la cabeza a la calle para que te dé el aire.

2. Puedes abrir un cuaderno, un documento o tu blog íntimo y ponerte a escribir. Vuelcas tus penas y líos mentales en un soporte como van saliendo, sin pensar.

3. Puedes quedarte a solas y llorar un rato. El llanto desahoga, libera y te ayuda a dormir como un angelito.

Yo también practico esas opciones. (Aquí tienes un puñado más de ideas desestresantes.)

Aunque, dependiendo del día, tal vez me funciona mejor:

  • aporrear la almohada,
  • agitar las extremidades al son de una música cañera,
  • gritar
  • o, siquiera, apretar una de esas pelotitas antiestrés como estas.

(Son un anuncio.)

[amazon_link asins=’B00HW37IYO’ template=’ProductAd’ store=’tusbuemom-21′ marketplace=’ES’ link_id=’edb8232e-38d4-11e8-abb7-dbe614e62f6e’]

¿Te parece violento o agresivo?

Da la impresión de que tienes un problema cuando gritas fuerte, cuando golpeas un cojín o una pelota porque te da la gana de hacerlo.

Y no. El problema, más bien, lo tienes cuando la ira o la frustración se quedan dentro y no te dejan dormir. O peor aún, cuando salen de ti en el momento menos adecuado.

La diferencia entre gritar para liberar el estrés y pagar tu cabreo con otros

Gritar no es tan inocuo como llorar o escribir. La gente se asusta cuando escucha a alguien gritando. Es una señal de que algo va mal o de que alguien ha perdido el control.

Mira esas conversaciones que se caldean y terminan en gritos. La mayoría no empiezan así. Quien grita, frustrado por no poder con el otro, pierde los papeles y alza la voz.

También impresiona ver cómo hay gente que le grita a la televisión en retransmisiones deportivas, como el fútbol. El árbitro no va a escuchar los insultos de la peña que protesta, pero ellos bien que se desahogan.

En esas situaciones se expresa cabreo, impotencia. Se pierde el control. Las emociones se desbordan y se expresan a gritos.

Pero, ¿qué tal cuando decides gritar con la situación bajo control y la finalidad clara de desahogarte? Son cosas diferentes.

Gritar puede ser terapéutico

Habiendo opciones más amables (como la risoterapia) y por lo que hemos dicho, es normal que no abunden las terapias a base de gritos.

La terapia más conocida, al tiempo que cuestionada, fue una desarrollada en los años 60 por el doctor Arthur Janov. Se llamó “Primal Therapy”.

La finalidad de dicha terapia, como la de otras, consistía en liberar las emociones reprimidas que causan el estrés y dan origen a diversas enfermedades. En su comienzo, los gritos no formaban parte de las sesiones. Fueron incorporándose al final de las mismas, a medida que el Dr. Janov comprobó su eficacia.

¿Y qué tan eficaz es gritar de manera deliberada con la finalidad de liberar el estrés?

Vas a tener que comprobarlo en tu caso: ¡Grita!

Quédate a solas para estar a tus anchas y para no asustar o inquietar a nadie. Y elige un lugar seguro. ¿Como cuál?

La cima de una montaña, un acantilado, campo abierto, inmediaciones del aeropuerto o similares… En interiores es más difícil que nadie te escuche gritar, pero quizás tengas un sitio en mente.

¿Y después?

gritar para desestresarse

Grita fuerte. Deja que la rabia, la impotencia… o el malestar que esté oprimiéndote salga de dentro. Sácalo. Empújalo con tu voz fuera de ti. Y siente cómo se aleja.

  • Échalo con palabras,
  • con un “Aaaaahhh…”,
  • recitando una frase famosa: “¡A Dios pongo por testigo…!
  • o cantando un estribillo que hable de supervivencia.

Si no tienes un lugar discreto donde practicar y te apetece ver si funciona, prueba a hacerlo con música. El heavy metal es un estilo providencial para el caso.

Entonces, ¿funciona o no?

Compruébalo.

A mí me funciona y en mi entorno, igual (según me han dicho). Yo no grito todos los días ni cada vez que me estreso. Pero sé que es una opción que está ahí. Salvaje y todo, la dejo en mi repertorio para cuando sea más eficaz que las otras.

Después de gritar, mi cuerpo está más ligero, más relajado. Mi mente también se tranquiliza. Eso es lo que cuenta, ¿no?

Gracias por leer.

Referencias:

https://www.psychologytoday.com/us/blog/in-therapy/201002/cool-intervention-3-primal-therapy

https://www.theravive.com/today/post/go-ahead-and-scream-0003123.aspx


Publicado:

en

por