El kéfir es un alimento que está ganando popularidad día a día. Sus beneficios para la salud y su agradable sabor son algunos de los motivos por los que cada vez más personas se animan a tomarlo.
Para que lo conozcas más a fondo, sepas cómo prepararlo y cuáles son sus propiedades y beneficios, te presentamos esta guía práctica del kéfir.
Esta guía ha sido preparada a partir de un minucioso estudio de las investigaciones científicas disponibles y de la experiencia de primera mano de personas que, durante años, llevan consumiendo y produciendo esta fascinante bebida.
Cuando termines de leerla, estarás preparado para poder hacer kéfir en casa tú mismo y disfrutar de todos sus beneficios.
1. Qué es el kéfir
El kéfir es una bebida fermentada que se elabora a partir de la leche. Los gránulos de kéfir, muy similares en aspecto a los granos de una coliflor o a una formación de coral, son unos microorganismos que contienen levaduras y bacterias y que se agrupan en una matriz denominada kefirano.
En contacto con la leche y transcurrido el tiempo necesario, dan lugar a una bebida espesa similar al yogur, de sabor agrio y reconocidas propiedades probióticas.
El kéfir fermenta con diferentes tipos de bacterias, además de la levadura, lo que lo diferencia del yogur, que fermenta solamente con bacterias.
El origen del kéfir
Se cuenta que los pastores de las montañas del Cáucaso descubrieron el kéfir por casualidad. Transportaban leche en sus alforjas y ésta fermentó a los pocos días. Así descubrieron que esos pequeños granos blancos que se hallaban en el fondo daban lugar a esta bebida.
Hoy el auténtico kéfir tradicional es preparado en muchos hogares del mundo entero.
La palabra “kéfir” parece derivar el turco “keyif” (alegría, placer), un vocablo que hace referencia al bienestar que se siente tras tomar esta bebida.
Aunque su sabor agrio resulta chocante al principio, deja un regusto muy agradable en el paladar y sienta muy bien al estómago.
La receta del kéfir fue pasando de generación en generación y desde el principio fue considerada como una bebida que protegía y mejoraba la salud.
De hecho, en el siglo XVIII estaba más que extendida esta creencia, que ha sido avalada científicamente en diversos estudios a partir del siglo XX.
Sus propiedades probióticas están hoy fuera de toda duda. El kéfir tiene efectos beneficiosos sobre la salud y el bienestar general.
Aunque carece de efectos secundarios, algunas personas especialmente sensibles pueden experimentar alguna molestia gastrointestinal al tomarlo.
Kéfir de agua y kéfir de leche
Hay dos tipos de kéfir: el kéfir de leche y el kéfir de agua. Cada uno de ellos se emplea en un medio diferente.
El primero trabaja en cualquier tipo de leche, ya sea de vaca, cabra, oveja o cualquier otro animal. También puede utilizarse con bebida de soja, aunque ésta no sea propiamente leche. El kéfir de agua solo trabaja en agua.
El más frecuente y fácil de encontrar es el kéfir de leche. En la sección de refrigerados de supermercados y grandes superficies pueden encontrarse productos lácteos elaborados a partir de kéfir de leche.
Cómo tomarlo
El kéfir puedes tomarlo de tantas maneras como se te ocurra. Aquí te sugerimos algunas formas de hacerlo.
1. Como bebida. No hay problema en que lo mezcles con azúcar o edulcorantes, aunque de esta forma perderás parte de su delicioso sabor natural.
2. Mezclado con especias y untado sobre una tostada.
3. Mezclado con yogures de sabores.
4. Como aliño de ensalada. Combina muy bien con el aceite de oliva.
5. Mezclado con fruta natural, cortada y pelada y/o con frutos secos.
6. Con batidos de fruta, a los que da una textura y un sabor especial.
Puedes tomarlo a cualquier hora del día. Muchas personas acostumbran a tomarlo en el desayuno, antes de acostarse o como tentempié entre comidas.
Dónde conseguir kéfir
Los gránulos de kéfir no se venden, sino que se regalan. El kéfir tiene una asombrosa capacidad para reproducirse. Cualquier persona que lo haya tenido sabe que, al poco tiempo, habrá doblado su tamaño.
El kéfir crece sin problemas y a un ritmo bastante rápido por lo que, una vez conseguidos los primeros granos, tendremos garantizada de por vida –si lo cuidamos bien- la producción de kéfir en casa.
Lo que encontramos en los supermercados son productos elaborados a partir de él pero, para poder elaborar el yogur, es necesario tener la materia prima: los granos de kéfir.
Para conseguirlos, lo mejor es preguntar entre nuestro círculo de conocidos. Hay muchas personas que hacen kéfir en casa y que estarán encantadas de regalarte un poco.
Si no conoces a nadie, puedes preguntar en tiendas especializadas en productos biológicos y en herbolarios. En estos lugares siempre hay alguien que lo tiene o conoce a alguien que lo tenga o que te puede dar referencias de cómo conseguirlo.
Si te gusta la leche y los yogures y aún no has probado el kéfir, deberías hacerlo. Su sorprendente sabor y sus increíbles beneficios para la salud te conquistarán.
2. Propiedades y beneficios del kéfir
El kéfir es un alimento probiótico de comprobadas propiedades y beneficios. Su consumo regular ayuda a mantener y mejorar la salud, además de ser un alimento muy completo.
El kéfir es rico en aminoácidos, vitaminas (A, B2, B12, D y K) y minerales como el magnesio, el calcio y el fósforo, y también contiene antioxidantes.
Aquí tienes algunas de las propiedades y beneficios del kéfir:
1. Mejora la piel. Como antioxidante natural, sus beneficios se notan en la piel. Ayuda a mejorar su aspecto y elasticidad y, en algunos casos, mejora algunas afecciones de la piel.
2. Favorece la salud cardiaca. El kéfir ayuda a limpiar los vasos sanguíneos, lo cual contribuye a regular la presión sanguínea. De este modo se logra una mejora en la salud cardiovascular.
3. Mejora las funciones cerebrales. El kéfir se considera muy beneficioso para el cerebro; entre otras cosas, favorece la concentración, los reflejos y la memoria y ayuda a combatir el estrés.
4. Potencia el sistema inmunológico. El kéfir ayuda a fortalecer el organismo y mejora las defensas de manera natural.
5. Ayuda a perder peso. Como buen probiótico, uno de sus efectos es originar una ligera aceleración del metabolismo, lo que se traduce en una mejor gestión de las grasas y en un mayor consumo de energía que puede ayudar a perder peso.
6. Protege el sistema respiratorio. Sus propiedades antibióticas otorgan una protección especial a los pulmones, mejorando así los problemas respiratorios comunes, como los provocados por un resfriado, y aliviando los síntomas de otros más graves, como la bronquitis y el asma.
7. Es un excelente tratamiento antiedad. Los antioxidantes que contiene el kéfir combaten los radicales libres, ayudando así a reparar y proteger las células contra el envejecimiento.
8. Posee propiedades antibióticas y antifúngicas. Mejora algunas afecciones de la piel y ayuda a tratar algunas infecciones fúngicas, como la candidiasis.
9. Combate la intolerancia a la lactosa. El consumo regular de kéfir ayuda a las personas que carecen de lactasa, la enzima necesaria para poder digerir bien la leche y sus derivados. Algunas de las bacterias del kéfir ayudan a romper esta enzima, de manera que los intolerantes a la lactosa pueden tomar kéfir.
10. Regula el ritmo intestinal. El kéfir ayuda a mejorar las digestiones, mantiene sano el tracto intestinal y favorece la excreción de residuos al regularizar los movimientos intestinales.
11. Reduce los niveles de azúcar en sangre. El kéfir ayuda a reducir los niveles de glucosa y a mantenerlos estables en la sangre.
12. Tiene efectos antiinflamatorios. Algunos procesos inflamatorios responden muy bien a la ingesta de kéfir. La pancreatitis, la gastritis y el síndrome de colon irritable, entre otros, experimentan una cierta mejoría cuando se toma kéfir.
13. Disminuye los niveles de colesterol. Tomar kéfir con regularidad y en combinación con una dieta saludable ayuda a reducir los niveles de colesterol y prevenir, así, afecciones cardiacas y otros problemas cardiovasculares.
14. Proporciona vitaminas y minerales al organismo. El kéfir contiene vitaminas, como algunas del grupo B, y minerales como el calcio y el magnesio que ayudan a mantener y mejorar la salud.
Aunque el kéfir es un alimento natural que proporciona multitud de beneficios para la salud, es necesario incluirlo en el marco de una vida sana.
Hacer deporte con regularidad y llevar una dieta saludable es fundamental si queremos aprovechar todas las propiedades que nos ofrece.
Los beneficios y ventajas de tomar kéfir están fuera de toda duda. El kéfir puede ayudarte a que te sientas mejor, pero no debe usarse como sustituto de ningún tratamiento médico. Si tienes problemas de salud, siempre debes acudir a un profesional.
3. Cómo hacer kéfir en casa paso a paso
Ya te hemos hablado de qué es el kéfir y de las propiedades y beneficios que presenta. Solo queda que consigas unos granos de kéfir y aprendas a prepararlo en casa.
El procedimiento es realmente sencillo. Siguiendo estas indicaciones, tendrás cada día tu bebida de kéfir lista para tomar.
Paso 1. Lo primero que necesitas son unos granos de kéfir y un tarro de cristal. Introduce los granos dentro.
Paso 2. Echa leche sobre él. Puedes utilizar cualquier tipo de leche: desnatada, semidesnata o entera, de vaca, de cabra o de oveja.
Debes tener en cuenta que la leche desnatada produce un kéfir muy diluido. Para disfrutar de su textura y sabor, es recomendable usar leche semidesnatada o entera.
También puedes hacerlo con bebida de soja. Su sabor es algo más suave que el que produce la leche.
Una vez hayas echado leche, debes cerrar el tarro de cristal con su tapa e introducirlo dentro de un armario. Se trata de que no le dé la luz.
Ahora déjalo ahí 24 horas. Cuanto más tiempo lo dejes, más espeso y fuerte se hará.
Paso 3. Llega la hora de cambiar el kéfir. Necesitas un colador, una cuchara y un recipiente para guardar la bebida obtenida.
Paso 4. Nada más sencillo que echar poco a poco el contenido del tarro sobre el colador e ir colando el líquido, que será más bien denso.
Paso 5. Con ayuda de la cuchara, vamos removiendo con cuidado el kéfir en el colador hasta que solo nos quedemos con los gránulos.
Paso 6. Ya tenemos lista la bebida de kéfir por un lado y los gránulos por otro.
La bebida ya se puede tomar. Si prefieres beberla fría, déjala unas horas en el frigorífico.
Vuelve al paso 1. Vierte los granos en el tarro de cristal para seguir produciendo kéfir. No es necesario que laves el kéfir, ni en este momento ni en ningún otro: recuerda que el medio donde trabaja es la leche.
El tarro donde haces kéfir no hace falta tampoco que lo laves todos los días. Cuando lo hagas, eso sí, sécalo bien.
4. Algunos consejos para su preparación y conservación
Aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a preparar kéfir en casa y a conservarlo en perfectas condiciones y durante mucho tiempo
1) Los gránulos de kéfir deben mantenerse siempre fuera del frigorífico. El lugar ideal es un armario de la cocina.
2) Los gránulos de kéfir pueden estar separados o juntos como si fuera una coliflor. Si se separan, no te preocupes. Seguirán creciendo y volverán a juntarse con otros granos o a formar ellos mismos una masa de kéfir mayor.
3) Si quieres repartir gránulos de kéfir, con que ocupen lo mismo que una pelota de golf es suficiente para que trabaje sin problemas. Regálalo siempre en un recipiente de cristal y con leche, para que el kéfir no extrañe su medio.
4) El yogur o bebida de kéfir sí puede conservarse en el frigorífico y dura entre 2 y 3 días. En frío gana mucho.
5) El kéfir está listo en 24 horas. Cuanto más tiempo lo dejes, más denso se hará y más fuerte será su sabor. En verano, por el calor, trabaja más rápido, algo que deberás tener en cuenta.
6) No es cierto que el kéfir muera en contacto con el metal y que no se pueda colar en un colador metálico. Pero, si puedes utilizar uno de plástico, tanto mejor.
7) Si tu kéfir crece con mucha rapidez, no tienes a nadie a quién regalarlo y no quieres tirarlo, lo puedes congelar. Utiliza preferentemente un recipiente de plástico y mételo en el congelador, con un poco de leche.
8) Para descongelarlo y que reviva, déjalo en la zona menos fría del frigorífico hasta que se descongele. Una vez descongelado, sácalo del frigorífico y ponlo en leche.
9) Transcurridas 24 horas, desecha el yogur de kéfir que ha producido y déjalo en leche de nuevo. Esta nueva producción sí podrás tomarla, aunque puedes desecharla también y quedarte con la siguiente. Puedes congelar y descongelar el kéfir tantas veces como quieras.
10) El kéfir puede morirse si no lo cuidas bien. Lo sabrás porque ya no fermentará la leche y su olor no dejará lugar a dudas. Si lo cuidas bien, es raro que suceda.
Siguiendo estos consejos podrás disfrutar de una sana y deliciosa producción de kéfir en tu propia casa. Disfruta de su sabor y de todos los beneficios que ofrece para tu salud.
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Para saber más sobre el kéfir
Gaware et al.: The magic of kefir. Pharmacologyonline 1: 376-386. (2011): http://pharmacologyonline.silae.it/files/newsletter/2011/vol1/034.gaware.pdf
Hsi-Chia, Chen et al.: Microbiological study of lactic acid bacteria in kefir grains by culture-dependent and culture-independent methods. Food Microbiology 25: 492–501. (2008): http://ntur.lib.ntu.edu.tw/bitstream/246246/177589/1/04.pdf
Farnworth, E. R.: Kefir – A Complex Probiotic. Food Science and Technology Bulletin: Functional Foods, Volume 2, Issue 1. (2006): http://nutrition-healing.com/scientific%20research%20on%20kefir.pdf
Lopitz-Otsoa, F. et al: Kefir: a symbiotic yeasts-bacteria community with alleged healthy capabilities. Revista Iberoamericana de Micología 23: 67-74. (2006): http://kefir.it/symbiotic_yeasts.pdf