Hay muchas personas interesadas en cuidar de su cuerpo y en mantenerse en forma. ¿Pensarán también en cuidar el aspecto emocional?
Lo hagan o no, cuidando de su cuerpo hacen mucho por lo que acontece en sus cabezas. El bienestar físico repercute en el bienestar emocional.
Habría que empezar por ahí, entonces: comer bien, descansar, moverse… y todo eso que nos suena para estar físicamente lo mejor posible dentro de las circunstancias.
Y además de lo anterior, que es lo básico, podemos llevar a cabo ciertas acciones pensando en la salud mental y emocional, que (¡sorpresa!) también repercuten favorablemente en la salud del cuerpo.
¿Qué acciones? Éstas, por ejemplo. Hemos comentado la mayoría en el blog.
1. Vive el momento
Si es “bonito”, disfrútalo. Si es “feo”, acéptalo como viene, sin entretenerte demasiado en criticarte tú, criticar a otros o al momento en sí. En lugar de eso, mira qué puede enseñarte la situación en la que estás.
2. Alimenta tu cerebro
Además de comida sana, necesita otros alimentos para mantenerse ágil. Exponlo a pequeños retos; aprende una cosita nueva. No te instales en la complacencia.
3. Explora con tus sentidos
(Pega con lo anterior.) Despiértalos. Disfruta de lo que puedes ver, tocar, escuchar… Y, por qué no, preséntales un nuevo sabor, sonido, imagen, etc.
4. Descansa y diviértete
Descansar de la obligación y de las preocupaciones es necesario para mantener el equilibrio. Dedica un tiempo al relax, por ejemplo, practicando tu hobby preferido o la meditación.
5. Haz cosas que sean buenas para ti
… Aunque no sean tan divertidas.
Por ejemplo, ahorrar (cuando sientes la tentación de fundirte el presupuesto) o adquirir una habilidad que te haga más independiente (aunque se te ocurran centenares de alternativas más placenteras).
6. Ríe. Practica el buen humor
Busca ocasiones para sonreír o reírte a gusto. La risa es salud. Y, si no te sale reír… (lo que sigue)…
7. Sé tu amigo
No te tomes a la tremenda los pequeños errores que cometas. Infúndete ánimos ante las dificultades. Date la mano para avanzar, en lugar de ponerte la zancadilla.
8. Saca de ti la ira y el resentimiento
No es saludable tragarse estas cosas y dejar que se acumulen dentro. ¡Afuera con ellas! Corre, salta, escribe, grita en el monte, aclara la situación, busca a un amigo que te escuche… Lo que prefieras y vaya mejor para el caso.
9. Valora lo bueno
Que los problemas no te hagan perder de vista lo positivo que hay en ti y en todo lo que te rodea. Haz un repaso.
10. Cuida de tus relaciones
Comparte tiempo con esas personas que son importantes para ti y busca más a quienes te inspiran para crecer. Las relaciones saludables se construyen día a día, gesto a gesto, y son esenciales para el bienestar emocional.
11. Sal de ti mismo
Escucha a los demás. Sé consciente de que también atraviesan dificultades. Y, si tienes la ocasión, haz algo por mejorar un poquito su día. Esto, además de ser generoso, te ayuda a descansar un rato de tus preocupaciones.
12. Sal de casa
Aunque no te apetezca salir, si puedes, date una vuelta por espacios naturales. Disfruta de la conexión con la Naturaleza, que es beneficiosa tanto para el cuerpo como para el espíritu.
Elige una, sólo una acción que no esté en tu repertorio habitual y sepas que es buena para tu salud mental y emocional. Sólo una, aunque no esté en esta lista (que es muy cortita)… Y regálatela. 🙂
¿Qué vas a hacer hoy por ti, por tu bienestar, por tu calidad de vida?