5 Consejos para aumentar tus defensas

Los cambios de temperatura y de estación comprometen nuestra salud y ponen a prueba nuestras defensas, a las que les toca hacer un trabajo extra para adaptarse a las nuevas condiciones.

Cuando nuestro sistema inmunológico está más débil, nos resfriamos con más facilidad y tenemos más propensión a enfermar.

La salud de nuestras defensas responde a una serie de factores variados, donde entran en juego el estrés, la alimentación y también nuestra actitud ante la vida.

Las preocupaciones y los problemas no sólo afectan a nuestro estado de ánimo, sino también a nuestro cuerpo y a la respuesta de éste ante virus, bacterias e infecciones.

Aquí tienes cinco consejos que te ayudarán a aumentar tus defensas y a mejorar tu salud en general.

saludable

1. Opta por alimentos naturales

Las frutas y las verduras son fundamentales en la dieta, así como la carne, el pescado y las legumbres.

El aceite de oliva y los frutos secos también son muy importantes porque te aportan los ácidos grasos saludables que tu cuerpo necesita para funcionar correctamente.

En la medida de lo posible, evita los alimentos preparados, los precocinados y los prefritos.

Si por tu trabajo tienes que comer fuera todos los días, dedica una tarde a la semana a cocinar y deja listo todo lo que comerás el resto de días.

No te saltes ninguna comida; intenta repartir todos los nutrientes a lo largo del día y hacer muchas comidas en lugar de tres comidas muy copiosas.

2. Ingiere las calorías que necesitas

Comer sano no es sinónimo de comer poco, sino de comer bien.

Las dietas hipocalóricas (bajas en calorías) son las responsables de la mayor parte de las deficiencias de vitaminas y minerales en el organismo y del debilitamiento progresivo de nuestras defensas.

Éstas y las dietas restrictivas, aquéllas que eliminan por completo un grupo de alimentos, están muy lejos de ser saludables y de aportar al cuerpo los nutrientes necesarios.

Asegúrate de tomar cada día las calorías que tu cuerpo necesita, ni más ni menos. Si tu peso se mantiene estable con las comidas que haces todos los días, entonces es que estás ingiriendo las calorías que debes.

El aumento de peso se debe siempre a que comemos más de lo que necesitamos, y la disminución de peso, justo a lo contrario, a que estamos comiendo menos de lo necesario.

Nuestras defensas necesitan ser alimentadas también y, si no comemos lo suficiente o tenemos una dieta muy limitada, se verán seriamente afectadas.

3. Cuida tu intestino

Nuestras defensas viven en el intestino, por lo que es crucial que mantengamos una buena salud intestinal.

Ingerir alimentos con fibra, hidratarnos adecuadamente y cuidar nuestra flora intestinal tomando yogures o kéfir nos ayudará a estar más sanos y a luchar eficazmente contra cualquier ataque externo a nuestra salud.

4. Haz deporte

El ejercicio físico diario mejora el funcionamiento de nuestro sistema cardiovascular y fortalece nuestros músculos, tendones y huesos. Pero, además, refuerza nuestro sistema inmunológico y nos hace más fuertes ante infecciones y virus.

Con sólo treinta minutos de ejercicio al día ya podemos aprovechar todas las ventajas que nos brinda. Si hace mucho que no te mueves, prueba con un paseo diario a ritmo suave. Verás cómo te sientes mucho mejor.

5. Sonríe

Una actitud mental positiva es fundamental para tener una buena salud. Nuestro cuerpo y nuestra mente son una unidad, de manera que uno influye sobre otro.

Aprovecha las cosas buenas de la vida y aprende a reconocer y a disfrutar de los pequeños momentos de felicidad que nos regala cada día.

Sonreír, además, hará que muevas más de una decena de músculos y activará tu sistema inmunitario mucho más de lo que imaginas.


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