Ante ti, una tarea o misión que necesitas acabar sí o sí. Precisas generar ideas y estas no acuden a tu mente por más que las invocas.
¿Hay algo que funcione para inspirarse rápidamente y salir del brete? Sin duda. Aquí tienes unas cuantas ideas.
Ideas para inspirarse en cuestión de minutos hay muchísimas. Pero, a cada quien, le funcionan unas más que otras.
Así que haré una pequeña muestra variada, a fin de que alguna idea “te inspire” la oportuna en tu caso. 😉
Ideas para inspirarse rápidamente
1. Relaja la mente
La inspiración detesta la confusión. La mía, además, detesta las tensiones.
¿Solución? Una actividad corta para relajarse y que retornen la claridad y la tranquilidad. ¿Qué actividad?
Observa qué te ha funcionado otras veces o dale una oportunidad a alguna opción del amplio repertorio que existe. Entre otras:
- Dar un paseo cortito.
- Asomar la cabeza a la calle para que te dé un poco de aire fresco.
- Tomar una ducha.
- Respirar profundamente durante un par de minutos.
- Escribir. Vuelca en un soporte cualquier cosa que esté pasando por tu mente.
- Hacer un poquito de ejercicio.
- Meditar unos minutos.
2. Confía en el poder de la música
¿Qué necesitas que haga por ti la música? ¿Necesitas calma o que te ponga la sangre a hervir? ¿Necesitas esperanza o lo apropiado para el caso es avivar otros sentimientos?
La música influye en tus emociones de manera instantánea. Usa este recurso para inspirarte.
3. Acude a palabras o imágenes que te ayuden a encender la chispa
Puede ser una frase motivadora, un vídeo o el ejemplo de una persona que admires.
Son pildoritas para levantar la moral. Internet está plagado de ellas y no te costará encontrarlas.
4. Deja que las consecuencias inmediatas te inspiren
Tanto si haces lo que tienes delante, como si no lo haces, hoy habrá consecuencias.
- ¿Cuáles son las consecuencias positivas de acabar o de avanzar HOY en tu tarea?
- ¿Cuáles son las consecuencias negativas de aparcar la tarea?
De ellas, ¿cuáles de ellas te motivan y hacen que las ideas comiencen a fluir? Usa las que funcionen en tu caso.
5. Piensa en las consecuencias a largo plazo
Sí, la pequeña cosa que hoy haces o dejas de hacer también tiene repercusión a largo plazo. Así es como cada uno de nosotros ha ido construyendo su historia: poquito a poco.
Piensa en tu “yo de mañana”, en cómo quieres que sea. Y deja que te inspire esa visión.
Lo que haces hoy es una pequeña inversión en tu futuro. Y lo pequeño suma.
6. Sal de ti por un instante
Piensa en qué le dirías a otro para ayudarlo a desatascarse y a encontrar la inspiración perdida. Eso mismo, dítelo tú frente al espejo (o como te dé la gana).
Y, ya de paso, si se lo dices también al otro, mejor. Así ganáis los dos.
7. Deja el perfeccionismo a un lado
¿Podría ser que lo que te tiene tenso sean las altas expectativas o la presión que tú mismo estás ejerciendo sobre ti?
Enfócate en hacer lo que quieres hacer. En hacerlo pronto y lo mejor que puedas. Con eso es más que suficiente. Ya te saldrán las florituras y exquisiteces en otro momento.
8. Invéntate un enemigo
Mientras tú estás ahí, luchando por no resbalar del asiento, tu enemigo real o imaginario está aprovechando el tiempo para avanzar. Pronto no verás ni su estela.
Si, en lugar de la tranquilidad, te inspiran este tipo de tácticas cañeras, úsalas para arrancar. A tu discreción quedan.
Quizás tu “enemigo” esté ahora mismo naufragando en la desgana, tan desinspirado como tú. Pero, bueno.
9. Convierte la tarea en un juego
La idea anterior (del enemigo postizo) puede valer como juego. También tienes la clásica: batir tu récord.
O puedes darle vía libre a tu imaginación: verte como el protagonista de una película, enfrentándose y saliendo airoso de la papeleta que tienes delante. ¿Qué me dices del ser el héroe de quien depende el destino de la humanidad?
Te parecerá una pamplina, pero tiene su aquel. Convertir un petardo de tarea en algo divertido es de nota. Hala, que si lo consigues, la inspiración suele fluir rápidamente.
10. Comprométete
Comprométete contigo. Vas a acabar lo que necesitas antes de X hora, con inspiración, sin ella. Así, a lo cabezón.
O comprométete con otra persona. Llámala. Acuerda encontrarte con ella para dentro de un rato (el que estimes que necesitas para la tarea). Y, para mayor presión, puedes darle X cantidad de dinero si no cumples.
¿Ves como existen opciones diversas para inspirarse rápidamente? Las de arriba toman pocos minutos. Pero no son las más efectivas, si vas a necesitar de la inspiración más veces para hacer eso mismo que se te atraganta ahora.
¿Qué es lo que sí funciona más veces y mejor? Yo lo tengo claro: los hábitos y la autodisciplina.
No dependas de la inspiración
Sí, sí. Hazlo, aunque te salga un churro y tengas que tirarlo a la papelera.
Porque esa es la manera de entrenar a tu mente para que no dependa de pildoritas inspiradoras. Esa es la manera de convertirlo en un hábito. Y, además, es un remedio preventivo para que la desinspiración llame menos veces a tu puerta.
¿Seguirá habiendo días desinspirados? Pues, sí. Tal vez, acudir a algún parchecito de los de arriba ayude.
Pero esos días serán pocos, a comparación de los que sufre quien no tiene el menor control sobre su voluntad. Y, desde luego, será difícil que te impidan cumplir con lo tuyo.
Si quieres, también puedes echarle un vistazo a:
Ahora, tú decides. Yo que tú, empezaría de una vez. También puede ocurrir que la caprichosa inspiración acuda cuando vea que no dependes de ella. Es más, suele pasar.
Gracias por leer.