Tareas: Al mal paso, darle prisa

Resoplas cuando piensas en “eso” que vas a hacer y que no te apetece nada. Estás harto y deprimido. ¿Es por la tarea?

Míralo de otro modo. La tarea no es el origen de ese malestar, sino la inacción y tu resistencia a ponerte manos a la obra.

La manera de romper con ese malestar es movilizarte; hacer esa cosa útil que está esperando.

¡Lánzate ya! Cuanto antes, mejor

En cuanto comiences a moverte, recordarás por enésima vez que la acción es menos pesada que huir de un trabajo que te persigue.

Cuando sabes que la tarea está ahí y te toca hacerla, cada minuto que pasas demorándola va haciendo crecer el malestar. Córtalo en seco. Muévete y sal de “eso” ya.

avanzar

Lo que tienes por delante puede ser difícil, duro o un engorro del que quisieras librarte. Como sea, huirle es peor. Da un primer paso, ¡a la brava! Sigue con otro. Uno más… Y déjalo hecho.

Una vez más, verás que hacerlo es más llevadero que pensar en hacerlo. Y, conforme avances, te alegrarás de estar aprovechando este tiempo.

Quítate la presión de una vez. Acaba la tarea. Y brinda por tu victoria. Cuanto antes empieces, antes podrás disfrutar de esta alegría.

Haz tuyo este lema:

Al mal paso, dale prisa

Libérate de una vez del nerviosismo, de la angustia, de la preocupación. Ponles el alto a tus temores, ya que tu propio miedo te hace ver la tarea mucho más complicada de lo que es.

En realidad, lo que tienes delante no es tan difícil, ni tan duro, ni tan aburrido, ni tan doloroso. Es tu imaginación la que construye semejante monstruo.

Y, aunque la tarea fuera así de monstruosa, una vez que estás “dentro”, muchos de esos temores se desvanecen, aunque solo sea porque sabes que has hecho lo más duro: Empezar.

Es así, empezando, cuando estás más cerca del final. Además de evitar mucho estrés innecesario, estás cuidando de un tiempo valioso.

Cuanto antes pases a la acción, antes podrás respirar tranquilo y pensar en asuntos más agradables, que merecen más atención por tu parte.

 

¿Sabes? Al contarte esto me estoy hablando también a mí misma. Porque una cosa es hablar de esto y otra, más difícil, es recordarlo en el momento clave y llevarlo a la práctica.

Sin embargo, recuerda que ya hemos pasado por ahí. Tenemos experiencias anteriores por las que guiarnos.

Yo, como tú, me he preocupado en vano por situaciones que resultaron ser mucho menos terroríficas de lo que recreé en mi mente por anticipado. Y lo mismo me ha pasado con muchas tareas.

La acción, de verdad, elimina mucha angustia.

Imagen de Nick-K (Nikos Koutoulas)


Categoría: