Una breve interrupción puede hacer que pierdas el hilo de lo que tienes entre manos o, peor aún, que cometas errores delicados en la tarea.
Nada nuevo, pero ha sido reconfirmado hace poco por investigadores de la Universidad del Estado de Michigan. De este estudio nos hablan en Psych Central.
Una distracción de tan sólo 3 segundos puede ser fatal dependiendo de la ocupación que se trate.
Imagínate, por ejemplo, que estás conduciendo y te da por echarle un vistazo al visor del teléfono para ver quién te ha enviado el último mensaje de texto.

Este estudio no se llevó a cabo en carretera (menos mal).
Los investigadores se limitaron a hacer recuento de los errores que se cometían en una pequeña tarea académica introduciendo breves distracciones para desconcentrar a la gente.
Las conclusiones no sorprenden: Las distracciones momentáneas multiplican los errores cometidos, al verse obligados los participantes a dirigir su atención de una tarea a otra.
Moraleja del asunto: Es preferible minimizar las distracciones cuando tengamos la intención de concentrarnos en una tarea, especialmente si ésta es delicada o peligrosa.
¿Cómo elimino distracciones para centrarme en lo que hago?
Aquí tienes propuestas:
1. Planifica:
- Establece el tiempo del que dispones para hacer la tarea; que haya una hora para empezar y una para terminar.
- Divide la tarea en pasos (subtareas), si es posible.
- Empieza con lo más difícil y engorroso, y haz descansos breves cada vez que completes una subtarea o fragmento.
2. Date buenas razones: Es más fácil permanecer concentrado cuando la tarea te gusta o cuando la razón por la que la haces vale la pena para ti.
Y, ahora sí…
3. Combate las distracciones potenciales del entorno:
- Apaga o silencia el teléfono.
- Resiste la tentación de mirar el e-mail, las actualizaciones de Facebook, Twitter o cualquier otra fuente de distracciones online. Salte de ahí.
- Busca un ambiente de trabajo tranquilo y comunica a compañeros y otras personas que no te molesten en un rato, si es necesario. Para esto tienes que empezar dando ejemplo: Respeta el tiempo y las tareas de los demás, si quieres que ellos respeten lo tuyo.
- Despeja tu mesa (o lugar de trabajo) y ordénala para que no haya motitas o trastos que te distraigan cuando bajes la guardia.
Y, si todo falla, sé flexible. Lo vuelves a intentar hasta que salga, porque todos tenemos días poco productivos y, en ocasiones, también todos nos vemos obligados a hacer frente a imprevistos y distracciones que están fuera de nuestro control.
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Imagen de 23rdkey