Es hora de que vayamos deshaciéndonos de creencias poco útiles. Hoy examinaremos algunos mitos sobre el estrés.
Ello nos ayudará a comprender mejor este mal de nuestros tiempos y a hacerle frente.
Mitos sobre el estrés
Vamos a ver cuáles son estos mitos, según la Asociación Americana de Psicología (APA).
1. El estrés es igual para todo el mundo.
Falso. El estrés es diferente para cada persona; tanto las causas que lo motivan como su respuesta al mismo.

2. El estrés es malo para ti.
Falso. Una vida más feliz no es aquella en la que no hay nada de estrés.
El estrés puede ser bueno para mantenernos activos, motivados y productivos. Además, hay acontecimientos vitales estresantes que nos hacen muy felices.
El problema no es tanto el estrés sino cómo manejarlo. Si no aprendemos a hacerlo, puede acabar con nosotros.
3. No puedes escapar del estrés. Todo es estresante.
No tiene por qué ser así, cuando se ha aprendido a manejar el estrés.
Y eso supone establecer prioridades; resolviendo los problemas simples en primer lugar y yendo luego a por los más complejos.
Cuando todos los problemas tienen la misma prioridad, entonces, sí, todo se vuelve estresante.
4. Las técnicas más populares para reducir el estrés son las mejores.
Por supuesto que no. Como cada uno de nosotros es diferente, así como nuestra reacción al estrés y nuestras respectivas vidas, cada uno encontrará las técnicas más efectivas que funcionen en su caso.
A modo de ejemplo, por aquí tienes una compilación de técnicas, ideas y remedios varios anti-estrés.
5. Si no hay síntomas, no hay estrés.
No, la ausencia de síntomas no quiere decir necesariamente que la persona no esté estresada. A veces, estos pueden ser enmascarados por alguna medicación.
Y añadimos que, en ocasiones, pueden presentarse síntomas «raros», que a priori no se relacionen con el estrés.
6. Solo los síntomas más graves requieren atención.
No, los pequeños síntomas (como las molestias estomacales, por ejemplo) también son una señal de alerta, que indican que algo no va bien y que hay que tomarse en serio la tarea de aprender a manejar el estrés.
Nos quedamos con esta idea: La de procurar llevar la vida con más calma, empezando por el día de hoy, encarando los problemas de uno en uno y, por supuesto, en el orden que corresponde.