Sales de casa temprano. Te crees que es por la mañana porque lo dice el reloj, pero no lo parece.
Hace apenas unas semanas, las tardes eran largas. Ahora, el cielo se oscurece pronto, provocando la sensación de que el día ha pasado en un visto y no visto.
Los amantes del calor, además, recibimos de peor agrado que cada día estemos un paso más cerca del gélido invierno. Incluso sin llegar a deprimirnos, este cambio es poco apetecible.
Hay personas que lo llevan peor en enero, al acabar las fiestas y retomar la rutina, pasan días difíciles hasta adaptarse al invierno.
A mí (y a más personas, imagino) me cuesta más adaptarme al otoño, porque en primavera y verano estoy en mi salsa (días largos, calor, mucha luz, etc.) y echo de menos ese ambiente.
De ahí que llevemos a la práctica algunas ideas para facilitarnos esta transición.
Ideas como éstas:
1. Dejar de regodearnos en lo tétrico.
El frío, la oscuridad… no son platos de buen gusto, pero se aceptan.
¿Cómo? Equilibrando. Quitando atención de aquí y llevándola al punto siguiente (2).
2. Planear cosas interesantes.
Pensar más en ellas y hacerlas. ¿Cuáles? Un hobby, fiestas (ahí viene Halloween), vacaciones, excursiones con amigos, proyectos personales, etc. ¿Qué es lo que quieres hacer tú?
La vida sigue, independientemente de las horas a las que veamos el sol o de la temperatura que haga.
Ni tú ni yo vamos a hibernar hasta la primavera. Pasaremos muchos ratos buenos de aquí hasta entonces. Y, muchos de ellos, los fabricaremos nosotros mismos.
3. Dormir lo necesario.
Ni más ni menos. La falta de luz invita a acostarse antes o a levantarse después. Si necesitas dormir un poco más para reponer energías, estupendo.
Pasarte de lo necesario es lo NO recomendable, por lo aletargado y desganado que te deja el exceso de descanso.
4. Movernos.
La práctica de ejercicio físico incide de manera positiva en el estado de ánimo. O, en cualquier caso, mantenerte físicamente activo en estos días (con las opciones que prefieras) te ayudará a sentirte mejor. Seguro.
5. Aprovechar las horas de luz.
Sube las persianas, aprovecha la iluminación natural y, desde luego, sal a la calle cuatro ratitos. Darte una vuelta, además de subirte los ánimos, te ayuda a descansar mejor.
Te cuento que yo hago todas esas cosas y, aun así, paso unos días más “depres” cuando empiezan a bajar las temperaturas. Aunque, poco a poco, cojo el ritmillo de la estación, como seguro lo harás tú. 😉
Imagen de Ignacio Conejo