Cambio de horario: verano a invierno

En muchos países existe la costumbre de adelantar o atrasar el reloj una hora cada seis meses. Como bien es sabido, esto se hace para ahorrar energía, aprovechando mejor las horas de luz solar.

Hoy precisamente hemos atrasado el reloj una hora. Inauguramos así el horario de invierno al que, según los expertos, nos habremos acostumbrado en muy poco tiempo. Como mucho, una semana.

Para gustos, los colores. Hay personas que se adaptan mucho mejor al horario de invierno, porque concilian el sueño con mayor facilidad.

Otras, por el contrario, cambian más fácilmente al horario de verano, porque al haber más horas de luz también se incrementa la vitalidad y mejora el estado de ánimo.

En cualquier caso, los pequeños trastornos que pueda suponer el cambio de horario son más de índole psicológica que física y, como dijimos anteriormente, se superan en muy poco tiempo.

Si queremos minimizar el desajuste del cambio de horario, podemos adelantarnos al mismo.

cambio al horario de invierno

Como éste suele suceder en fin de semana, bastará con que un par de días antes vayamos modificando nuestra rutina, aunque no es algo tan necesario.

Si no tenemos unos horarios muy estrictos, el cuerpo se acostumbrará muy rápidamente a que anochezca o amanezca antes.

Con el cambio de hoy damos la bienvenida a la tranquilidad y la intimidad del invierno.

Nos preparamos para las noches en las que dormiremos a las mil maravillas, acurrucaditos en las mantas. El sofá, el brasero o quizás la chimenea, el cafecito muy caliente… formarán parte de nuestros días.

En definitiva, les estamos abriendo la puerta a placeres exclusivamente invernales. Siempre hay que quedarse con lo bueno, ¿no crees?

¡Ah! Si por tus latitudes el cambio es al revés, tenemos esta entrada: Cambio al horario de verano.

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