¿Piensas en replantearte tu relación con la tecnología?

¿Cómo es tu relación con la tecnología? ¿Ha cambiado tu vida a mejor desde que usas Internet, móvil y otros aparatos de la vida moderna?

La reflexión sobre este tema es interesante para que puedas elegir cómo vas a manejar estos recursos para tu beneficio.

La relación con la tecnología tiene un precio, que no sólo es monetario.

Permiso para batallita. Parece sacada de una película de abducción alienígena. Pero, no. Es real.

Ayer, una amiga me contó que fue a auxiliar a una persona mayor que resbaló en la calle. Le costó ayudarla a incorporarse. Casi se caen las dos al suelo.

Junto a esa escena, había unos jóvenes sentados en un escalón, muy pendientes de sus móviles. Según me comentó mi amiga, ninguno de ellos pareció percatarse de lo que estaba ocurriendo.

smartphone

La conversación con mi amiga continuó de manera divertida, aunque lo que comentamos debería ser tomado en serio.

  • Hablamos de personas que caminan en la vía pública, mientras teclean o leen mensajes.
  • De gente que continúa usando el móvil mientras conduce. (Horrible, pero sigue pasando.)
  • De amigos que, estando uno al lado del otro, están absorbidos cada uno por su respectivo teléfono.
  • De personas que se reúnen en fiestas o eventos y que, en lugar de meterse en el ambiente, están pendientes del momento en el que van a hacer la foto.

¿Son conscientes estas personas de lo que están pagando?

Las habrá que sí lo sean. Y, si deciden que ésos sean los términos de su relación con la tecnología, no hay más que objetar.

Pero otras no se dan cuenta o no controlan el uso de estos aparatos. Están al servicio de ellos y no al revés, que es para lo que fueron creados.

Ideas para tomar las riendas de la tecnología

Como aporte a tu propia reflexión, aquí van estas propuestas, por si te sirven para tu relación con los aparatos modernos.

1. Limita el tiempo que les dedicas. Observa cuánto tiempo inviertes al día en estos entornos virtuales (entre noticias, e-mails, chistes, cotilleos y otros contenidos).

Si consideras que es mucho tiempo y que te roba la posibilidad de dedicarte a otras actividades que te interesan, ponte límites.

2. Evita que te distraigan. Cuando estés metido de lleno en un momento, evita que las notificaciones te interrumpan.

Puede ser el trabajo, una fiesta, un hobby, una conversación… Lo que sea. Si vale la pena estar concentrado, manda el aparato a paseo. Después contestas.

3. Selecciona la información que consumes. Es cansino y estresante engullir datos que ni te van ni te vienen.

Elige tus fuentes de información, tus páginas preferidas y establece los filtros que gustes. Si una cosa es un rollo (como mis 20 selfies de cambio de look), no la consumas sólo por matar el tiempo. ¡Qué crimen!

4. Selecciona tus contactos. Tener miles de contactos no implica que estés más conectado, al contrario. El tiempo que distribuyes entre ellos se lo quitas a relaciones que podrían ser más interesantes.

La gente ocupa espacio en tu vida. Dale prioridad a las personas que, por la razón que consideres, merezcan estar ahí.

5. Disfruta de las interacciones cara a cara. Disfrutas de tus interacciones virtuales. ¡Bien! Que eso no te impida que también haya tiempo para conversar cara a cara.

Disfruta de la presencia de las personas que son importantes para ti. En ciertos momentos, puedes llegar a acuerdos con ellas para pasar días o tardes desconectados de la tecnología. ¿A que suena bien?

6. Predica con el ejemplo. Si deseas que los pequeños del entorno aprendan a dosificar y controlar el uso de los aparatos, comienza dando ejemplo de buenos hábitos.

Son sugerencias. Me alegro de que, como a mí, te sirvan para reflexionar sobre el papel que quieres que la tecnología juegue en tu vida. Para poder elegir, hemos de evaluar primero qué opciones tenemos.


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