Lo amas. Lo necesitas. Y, al mismo tiempo, te gustaría mirar menos el teléfono, porque estás el día enterito haciéndolo.
¿Te lo parece? Si tuvieras que dar un número que reflejase las horas diarias que estás mirando el teléfono, ¿saldría muy alto?
Esa es la primera propuesta: saber si tu uso llega al abuso o incluso podría calificarse de adicción. Y, tras la primera, vienen un puñado más en esta entrada.
No tienes que hacerlo TODO. Las propuestas más importantes son la primera y la última. De las otras, elige una o dos, como mucho. Lo que más te convenza.
1. Monitorea tu uso del teléfono
Fijarte en cómo usas el teléfono durante el día te ayudará a ser consciente de tu hábito (como pasa con todos los hábitos).
Observa primero, para que después puedas decidir qué cambios quieres hacer y en qué momentos del día.
2. Veta los asuntos de trabajo en tu vida personal
Cuando estés en casa, de fiesta, viendo la tele o realizando cualquier otra actividad que no tenga que ver con el trabajo, considera no mirar el e-mail ni responder llamadas de clientes, por ejemplo.
Si te es viable y tienes la opción de hacerlo, separa estos dos mundos.
3. Veta lo personal en tu trabajo
Lo mismo, pero al revés. En tus horas de trabajo (u otras responsabilidades ajenas a tu vida privada) deja el teléfono personal fuera de tu vista.
4. Apaga las notificaciones
Si recibes muchas notificaciones a lo largo del día, considera desconectarlas, quitarles el sonido o mirar el teléfono solo a intervalos. Por ejemplo, cada 2 o 3 horas.
5. Recórtale tiempo a las redes sociales
Así tendrás menos notificaciones. Lo mismo que haces con tus relaciones de la “vida real”, hazlo con las virtuales: selecciona y prioriza.
6. Establece un horario
Un horario muy sencillo que divida el día en dos. Por ejemplo: hasta las 8 de la tarde puedes usar el teléfono libremente; a partir de esa hora, no. Apagado.
➜ Deja que una aplicación te ayude
Tal vez quieras usar una aplicación para que te ayude con las ideas anteriores o con las que siguen. Por ejemplo, Quality Time (para Android).
Esta te ayuda a saber cuánto tiempo pasas mirando el teléfono. Te lo desglosa por aplicación. Y, entre otras cosas más, se supone que puedes programar períodos en los que no recibas notificaciones, llamadas, etc.
Aquí tienes más aplicaciones para controlar el uso del teléfono, incluida esa.
7. Veta el uso del teléfono en el dormitorio
Digo “dormitorio” porque es una habitación donde no suele necesitarse el teléfono. Pero puedes elegir las habitaciones que gustes.
Deja el teléfono fuera, especialmente si te engancha en cuanto te levantas. En caso de que lo uses como alarma, consíguete otra.
8. Decide qué actividades concretas harás sin teléfono
Si no quieres limitar por horas o por habitaciones, ¿qué tal por actividades? Decide tú cuáles.
- Cuando comas.
- Mientras lees.
- Mientras ves tu serie favorita.
- Cuando hagas las tareas de la casa.
- (Lo que sea que decidas.)
9. Haz una lista de tareas importantes para el día
Vas a mirar menos el teléfono si solo te permites hacerlo cuando termines tus tareas prioritarias. O cuando termines dos de ellas. O solo una.
Las reglas las pones tú. Usa el teléfono como recompensa cada vez que termines X tareas.
10. Date respiros tecnológicos semanales
Por ejemplo, decreta que los domingos solo mirarás el móvil para saber que sigue existiendo y poco más.
11. Improvisa otras alternativas para los tiempos muertos
Que no sea siempre el teléfono. Podrías acudir a más opciones mientras haces fila, utilizas el transporte o en otros tiempos de espera.
Por ejemplo: ojear un libro, mirar alrededor, relajarte, pensar en la lista de la compra, etc.
12. Haz menos accesibles las aplicaciones
Considera borrar alguna. Prueba unos días, a ver qué tal te va sin ella. Siempre puedes reinstalarla.
13. Convierte un tiempo improductivo en productivo
Si el teléfono te tiene atrapado en momentos del día en los que no estás disfrutando especialmente, considera adoptar un hobby o cambiar ese rato por otra actividad.
14. Pasa más tiempo con tus personas preferidas
Manda el teléfono a paseo o déjalo en silencio, mientras compartes ese tiempo en persona con tu gente. Préstales toda tu atención.
15. Ten paciencia
Todo lo anterior cuesta trabajo cuando estás habituado a usar el teléfono como si fuera un apéndice más de tu cuerpo. O sea, muchísimo. Elijas la opción que elijas, es un ejercicio de autocontrol.
Tendrás la urgencia de mirar el teléfono o te sorprenderás mirándolo sin darte cuenta. Es normal que ocurra, entre otras inconveniencias.
Las personas que tienen dificultades controlando su uso del teléfono no modifican la relación con este en un par de días. Habrán de practicar y tener paciencia.
Sea o no tu caso, si tienes la intención de mirar menos el teléfono, comienza con un cambio pequeñito (como una idea de las de arriba). Y a ver qué pasa. ¡Experimenta!
Ojalá pudiera contagiarte un poquito de mi repulsión hacia el móvil. Haríamos un buen trato. Yo veo este aparato como un intruso arruina-momentos la mayor parte del tiempo.
Por si quieres investigar e informarte mejor sobre este problema moderno, aquí hay un artículo (en inglés) que recopila lo que se sabe hasta ahora de la adicción al teléfono.