¿Sueñas despierto? ¡Bien!
Ése es un recurso al que acuden las personas inteligentes con distintas finalidades: dar alas a su imaginación, simular la solución a un problema o aliviar una carga emocional.
Ya comentamos lo positivo que es aquí: Ventajas de soñar despierto.
No hemos cambiado de opinión y seguimos defendiendo el lado práctico de hacer una breve excursión mental por otros parajes.
Pero hay que diferenciar esa breve excursión de lo que sería vivir con la cabeza permanentemente en las nubes, buscando otro momento distinto al que vives ahora.
Sueños que tiñen de tristeza la realidad
Cuando sueñas puedes recrear la situación perfecta; estar donde quieras y con quien quieras. Sientes casi, casi que es real, aunque no lo sea.
Así puedes escapar de los momentos más dolorosos o tediosos y transportarte mentalmente hacia otros más gratificantes.
Por ejemplo, estás trabajando duro y se te hace fácil volar con tu imaginación hacia una playa caribeña. ¡Oh, sí! ¿Quién no ha hecho esto?
Pero, si continuamente escapas de los momentos “indeseables”, pierdes la habilidad para conectar con ellos. Y lo peor del caso es que te sientes insatisfecho de estar viviendo justo donde no te apetece estar.
Escapar continuamente del momento actual no es una buena idea. Te sientes impaciente, ansioso de que la realidad se transforme en eso tan sublime que imaginas.
Y te alejas a otro mundo, sin darte la oportunidad de descubrir que este momento presente no es tan vacío, ni tan absurdo, ni tan triste como tú crees que es.
Creatividad con los pies en la tierra
¿Puedes ser feliz en un atasco de tráfico? ¿Puedes serlo a fin de mes, cuando te acribillan a facturas por pagar?
Ya, ya… No es para ponerse a saltar del entusiasmo.
El caso es que la manera de aprender a gestionar esos momentos frustrantes o desagradables es “desde dentro”. Viviéndolos.
Y también es la manera de descubrir cómo hacerlos menos desagradables… o incluso de encontrarles su lado más provechoso o positivo.
Si huyes frecuentemente de todos esos momentos engorrosos, te pierdes este aprendizaje. Además de, como hemos dicho, sentirte cada vez más desgraciado porque no se parecen a tus sueños.
Vuela. Sueña. Disfrútalo. Pero usa también esa maravillosa creatividad para encontrarle el sabor perdido al “aquí y ahora”. Úsala para mirarle el encanto al presente (por escondido que lo tenga).
Después de todo, si pasas mucho tiempo imaginando otras situaciones, creativo ya eres. ¿Por qué no usas esta cualidad también con ese propósito?