No estás desmotivado a secas, sino totalmente desmotivado por la falta de progreso.
Te esfuerzas a piñón fijo y tienes la sensación de que no sirve de nada. ¿Cómo sigues adelante en tal situación?
Saber que lo que haces produce fruto o lo producirá más adelante es esencial para permanecer motivado. ¿Cómo vas a estarlo cuando sientes que lo que haces no va a ninguna parte?
Por cierto, ¿te has dado cuenta de las palabras que he utilizado?: totalmente desmotivado, nada, ninguna…
Son palabras muy extremas. Exageradas, para quien no se haya visto en la situación. Pero describen la frustración intensa que se siente, espero.
Una frustración que, cuando la vives, opaca todo lo demás. Un malestar que permea en cada cosa que haces. Y que se nota, desde luego, en las relaciones que tienes con los demás y en la que tienes contigo mismo.
Suponiendo que aún no hayas decidido tirar la toalla, ¿cómo afrontas el bajón?
5 Propuestas para seguir adelante cuando estás totalmente desmotivado
La falta de progreso es lo que se está llevando todo el protagonismo. Es comprensible.
Cuando te esfuerzas tanto sin ver resultado alguno, duele. Y lo que duele acapara tu atención, porque el resto no molesta.
Cambiar de perspectiva te ayudará. Como poco, rebajará tu malestar para que puedas analizar la situación en la que estás de manera más tranquila. Con esa finalidad, van estas propuestas.
1. Rescata tus logros
Es momento de tomar conciencia de que lo que estás viviendo es una etapa. Antes de esta, tú cosechaste logros. Tuviste aciertos. Conquistaste pequeños (o grandes) éxitos.
Piensa en esos éxitos (personales o de cualquier tipo). Nadie te los regaló. Tuviste que esforzarte para alcanzar algunos de ellos.
Ya tienes la experiencia. Ya sabes que puede ocurrir. Y, lo mismo, puedes volver a vivirla si continúas adelante, aunque esta vez esté tardando en llegar más de lo que a ti te gustaría.
2. Muestra consideración hacia ti
Ponte de tu lado y trátate como lo haría un amigo. ¿Qué te diría un buen amigo en estas circunstancias?
Se supone que un buen amigo te escucharía, te abrazaría o te animaría en estos momentos bajos. Lo que difícilmente haría es desmotivarte más de lo que estás, recordándote continuamente que no avanzas.
3. Acude a tus personas favoritas
Si hay personas que te apoyan y en las que confías, acércate a ellas.
Cabe la posibilidad de que quienes están más cerca se hayan dado cuenta de algunos progresos que a ti se te han pasado por alto.
Y, si no es así, de igual modo vale la pena hablar con ellos. La mayoría necesitamos de ese calor humano alguna vez.
Al menos, si es tu caso, alégrate por contar con alguien que quiere escuchar y entender por lo que estás pasando. No es así para todos.
4. Redefine y recorta tus prioridades
Puede ser que estés totalmente desmotivado porque has puesto el listón muy alto. O porque te estás exigiendo hacer bastantes cosas a la vez.
Tienes proyectos pendientes. Tareas sin acabar gritándote que te ocupes de ellas. Compromisos que se acumulan. Ideas con las que aún no has arrancado, a tu pesar.
Si ese es el panorama, considera recortar a lo esencial. Al menos, por el momento.
Ya que no puedes hacerlo todo, elige lo más importante para HOY y concéntrate solo en eso.
5. Toma nota de tus pequeños aciertos del día
Al final del día, haz balance. Está bien que pienses en lo que aún no has concluido y en cómo vas a seguir mañana. Pero no pongas el acento solo en lo que falta.
Mira también lo que has hecho hoy, repasa tus aciertos y reconoce tu esfuerzo. Porque de esos pequeños éxitos extraerás un poquito de motivación, muy necesaria para que sigas adelante.
¿De qué se trata, a fin de cuentas?
Se trata de poner equilibrio.
Cuando estás totalmente desmotivado, frustrado y cabreado contigo y con la vida, se pierden de vista ciertas cosas que pueden darte fuerza en estos momentos.
Míralas. Toma nota de ellas. Y permite que, siquiera hoy, te impulsen a continuar.
Espero que alguna de estas propuestas te sea útil para ir remontando. Muchas gracias por leer.