Estás triste, muy triste, y sientes ganas de llorar. ¿El problema? Que estás en el trabajo y no puedes ausentarte para ir “al baño” y llorar un rato a tus anchas.
En poco tiempo serás libre. Pero, ahora mismo, necesitas aguantar las ganas de llorar.
Esta entrada tiene 7 soluciones para eso. Mis preferidas son las 2 primeras.
Tienes también la versión en vídeo, por si la prefieres. (Duración: 4:00)
7 Maneras de aguantarse las ganas de llorar… mientras trabajas
Aguantar el llanto no es lo más sano. Pero así están las cosas. Hay normas sociales que indican que ciertas intimidades es preferible mostrarlas en privado. Entre ellas, las emociones intensas.
A no ser que el trabajo lo exija así, las lágrimas están fuera de tu horario laboral. Espero que te sirva lo siguiente.
(Qué tristes son muchos trabajos.)
1. Respira con calma
¿Te sabes el truco de respirar despacio y contar hasta 10 para frenar cuando estás muy enfadado y no quieres hacer algo de lo que puedas arrepentirte?
Más que un truco, es una técnica eficaz para reducir la tensión emocional. Y también funciona con la tristeza.
Respira profundamente. Eso basta para que te sientas más tranquilo. Y, si quieres, lo combinas con cualquier opción de las que vienen.
2. Desvía tu atención de la tristeza
Otro clásico que funciona muy bien.
Si estás muy desbordado por la emoción y no estás en condiciones de trabajar, considera tomarte el día. Pero, si ves que puedes apartar por un rato tu atención del motivo de tu tristeza, haz esto.
Dite a ti mismo que no vas a pensar de nuevo en el asunto hasta las 7 de la tarde (o la hora que sea).
Métete en las espesuras del trabajo o en otras… salvo en la que te tiene tan triste.
3. Sepárate de los depredadores
El contacto humano es bienvenido cuando estás triste, siempre y cuando estés en un ambiente acogedor y de confianza. Quizás ese no sea el de tu trabajo y aquí lo más sabio sea ocultar la tristeza.
Si tus compañeros del trabajo no son tus amigos, sino todo lo contrario, evita interactuar demasiado.
- No hagas mucho contacto ocular.
- Simula que estás más ocupado que de costumbre.
- Haz como que vas a hablar por teléfono cuando el chismoso de turno se acerque para hurgar en tu vida.
Ya sabes. Esas cosas.
4. Piensa en alguien que le dé sentido al momento
Con esto puedes sacar la fuerza que necesitas para aguantar las ganas de llorar y lo que tengas que aguantar ese rato. El amor da fuerza.
Piensa en alguien que te inspire sentimientos cálidos. No estamos hablando de fe religiosa o de amor romántico, aunque ninguna de esas cosas es excluyente.
Puedes pensar en quien quieras: tu amante, tu hijo, tu familia (en global), tu equipo, tu mascota, las personas a quienes deseas servir, etc.
Busca la compañía (virtual en ese momento) de un ser o varios que te inspiren fuerza, amor, sentimientos positivos.
5. Utiliza la música para virar emocionalmente
Cuando estás triste y tienes ganas de llorar, la música que más te apetece escuchar es la que va con ese estado de ánimo. Suele ser así. Por eso no es muy efectivo que te pongas música alegre. No “permea” en ti en ese momento.
No obstante, si no estás tan triste y te anima escuchar tu canción festivalera preferida, genial. Úsala. Cada persona utiliza la música de un modo distinto.
Hay investigaciones que apoyan el uso de música relajante para reducir la ansiedad y el dolor. Sí, la misma música que escuchas para calmarte cuando estás cabreado, es buena para ayudarte con el nudo de la tristeza.
También han hecho estudios con música extrema (como el heavy metal). Y han visto que algunas personas se calman con este tipo de música “agresiva”. Dicen que funciona como un abrazo. Quién lo diría…
Tendrás que experimentar para ver qué música funciona mejor para ti, ya quieras aplacar la emoción o intentar desviarla hacia terrenos distintos de lo triste.
6. Descongestiónate con aire y movimiento
La pena amenaza con romperte el pecho y la garganta si no lloras. Y no puedes llorar. Pero sí puedes salir a dar un paseo rápido para aplacar el malestar un rato más.
Ambas cosas, el movimiento y el aire fresco, pueden relajarte.
Intenta salir a caminar un poco, unos minutos. Si no puedes sacar la cabeza al exterior (que sería más efectivo), camina un poco en el pasillo.
Arréglate con las opciones que tengas a mano. Qué remedio.
7. Sonríe
Esto también lo sabes. Este tip no puede faltar en el lote.
Fingir una sonrisa reduce el estrés. El gesto de la sonrisa, aunque sea forzada, es una señal que el cerebro interpreta como: “Todo va bien”.
Pasa lo contrario cuando frunces el ceño. ¿Te has dado cuenta?
Pues eso. Ya sabes qué hacer para aguantar las ganas de llorar en el trabajo o donde encarte. Pero intenta que sea un ratito nada más, hasta que llegues a un sitio donde puedas desahogarte a gusto.
Cuando llores te vas a sentir mejor.
Gracias por leer.