Partamos de un escenario que tú y yo conocemos: Amanece. No estás pletórico de energía (por la razón que sea). Pero hay misiones que te están esperando y con las que vas a cumplir.
Dado el panorama, diseñas un plan para el día. Seleccionas qué vas a hacer, ordenas tus actividades y les asignas unas horas.
Estupendo. Te ha quedado una lista razonable, con lo esencial para hoy. A partir de aquí, ¿qué puedes hacer para que te cunda la energía que tienes?
Tranquilo. No vamos a hablar de “hacer más”, sino de EVITAR ciertas acciones, a fin de no malgastar tu energía en ellas. A ver qué te parecen las propuestas.
Te dejo también la versión en vídeo. (Duración: 4:02)
12 Cosas que drenan tu energía
1. Repetirte lo cansado que estás o las pocas ganas que tienes de pasar a la acción. Al prestarle demasiada atención al malestar, lo amplificas.
Alternativa: Piensa más en acabar lo importante con diligencia (y en lo a gusto que vas a descansar en un rato).
2. Recordarte toda la faena que te queda por delante. Has seleccionado 3 ó 4 misiones importantes para hoy y te abrumas con lo pesado que va a ser el día.
Alternativa: Ya deliberaste al principio haciendo la selección. Ahora, fíjate sólo en la primera tarea de la lista. ¡A por ella!
3. Hacer varias tareas a la vez. La tarea en la que estás envuelto no la mezcles con otras más sencillas, ni con distracciones, ni con la inquietud de cómo vas a hacer lo siguiente de tu plan.
Alternativa: Haz sólo una tarea cada vez. Cunde más y te desgastas menos.
4. Añadir tareas extra sobre la marcha. Si no hay necesidad de añadir una tarea extra, no la añadas. Hoy, no.
Alternativa: Cíñete al plan del inicio. Si te sobra un poco de tiempo, dedícalo a repostar energía para estar más fuerte mañana.
5. Demorar el momento de empezar lo menos apetecible. Cuando tienes la tarea “peñazo” delante de ti, es normal sentir el impulso de hacer otra más sencilla o de echar un vistazo en Facebook (por ejemplo). Pero así pierdes tiempo y energía.
Alternativa: Al mal paso, dale prisa. Es más pesado remolonear pensando en lo que tienes que hacer que ponerte manos a la obra… ¡de una vez!
6. Sucumbir a berrinches, preocupaciones o rabietas. Las emociones “negativas” restan mucha energía. Las emociones “positivas” la suman.
Alternativa: Dale prioridad a lo que te inspire alegría, calidez, ternura (u otras emociones positivas). Y, si no te sale lo positivo, evita sumergirte en el malestar. Acéptalo y apárcalo un rato (si puedes) dirigiendo tu atención hacia las actividades de tu plan.
7. Interactuar con los reyes/reinas del drama. Cansan mucho y hoy no estás para excesos de éstos. Cuanto menos converses con ellos, mejor.
Alternativa: Prima las interacciones que te ayuden a sumar energía.
8. Saltarte los descansos, las comidas o cualquier otra actividad con la que repostes energía. Es mala idea que, con tal de terminar antes, te prives de tu siestecilla de 20 minutos, del desayuno o de la media hora de ejercicio.
Alternativa: Respeta tu repertorio saludable de descanso y desconexión. Procura ir reponiendo energía durante la jornada.
9. Dejarte seducir por la comodidad a mitad de faena. Cuidado con las paradas de 5 minutos que se convierten en 30. No te apalanques en el sofá ni permitas que te secuestren tus distracciones preferidas.
Alternativa: En mitad de una tarea, haz descansos breves, del estilo de tomar aire, estirarte, ir al baño, beber agua, prepararte una infusión, etc.
10. Permitir que las distracciones te pongan la zancadilla. Las interrupciones gastan bastante energía. Tras ellas, necesitas retomar el hilo de lo que estabas haciendo.
Alternativa: Evita o reduce todas las distracciones que puedas. Acabarás antes.
11. Decir que SÍ a peticiones extra, a menos que no te quede de otra que aceptar. Quienes te quieren van a entender que necesitas descanso.
Alternativa: Dale prioridad a tu salud. Acuerda con los interesados qué vas a hacer, hasta dónde y cuándo, en caso de que accedas a la petición.
12. Perder tiempo en detalles insignificantes. El perfeccionismo es otro vampiro de energía. Cada tarea exige diferente nivel de esmero. No tiene sentido poner el mismo en todas.
Alternativa: Acabada una tarea con una calidad aceptable, pasa a la siguiente.
Por último, recuerda que todos pasamos por días en los que no estamos para muchos trotes. Por ejemplo, cuando recibimos una mala noticia, un revés en un proyecto o pagamos por excesos cometidos en el día anterior.
Una falta continuada de energía es un caso distinto. Si necesitas de la atención de un profesional de la salud, búscala, sin dudarlo.
Imagen de aphasiafilms