¿Vas a tomarte unos días de vacaciones próximamente? Tanto si son cortas, como si son largas; tanto si viajas, como si te quedas en tu entorno de siempre, el punto es aprovechar esos días.
¿Quieres relajarte para recuperar energías? ¿Prefieres, por el contrario, unos días moviditos para sacudirte el muermo de la rutina? Ésa es la idea con la que partimos: un pequeño plan de ruta.
Piensa en lo que quieres hacer
Las vacaciones suponen un cambio de actividades. ¿Qué te gustaría hacer en estos días?
Lo suyo es que elijas un combinado a tu gusto, dentro de tus posibilidades. Un poquito de variedad aumenta el disfrute.
Tan poco recomendable es dedicarte todo el tiempo de vacaciones a ver la tele, por ejemplo, como saturarte de actividades.
En un extremo, te pierdes otras experiencias placenteras o divertidas; en el otro, cambias el estrés de la rutina habitual, por el estrés de las vacaciones.
¿He dicho “estrés”?
Evita añadir estrés
Si lo que quieres es desestresarte en estos días, trata de que las vacaciones no te dejen en un punto peor del que partiste. Hay estudios que nos dicen que unas vacaciones estresantes son peores que no tomarse vacaciones.
Trata de adaptarte a tu presupuesto: de dinero, de tiempo y de energía. Sugerencias:
- Evita gastar el dinero que no tienes o una cantidad excesiva para los números que manejas.
- Evita las prisas y la saturación de actividades.
- Pasa un tiempo a solas. No está reñido con compartir actividades con familia y amigos, ¿verdad?
Anticipa la alegría
Parte de la experiencia vacacional es la alegría que sientes cuando se acercan estos días de descanso o disfrute. ¡Vívela!
Eso sí, ata en corto tus expectativas. Los que vienen pueden ser unos días estupendos, pero olvídate de que sean perfectos.
Puede que haga mal tiempo o que ocurra cualquier pequeñez que se salga de la estampa idílica que tienes en la cabeza. Es más, lo más probable es que ocurra algo poco “perfecto”.
¿Y qué? Tal y como haces en los días ordinarios, podrás solucionarlo y encontrar la manera de pasarlo bien, si eso es lo que quieres.
Desconecta
Trata de aparcar el trabajo o tus obligaciones habituales. Aprovecha los días anteriores a las vacaciones para organizar también este asunto y no dejar cabos sueltos.
Si necesitas seguir atendiendo ciertas responsabilidades de tu día a día ordinario, que sean las justas. Eso te dará la posibilidad de abrirte a nuevas experiencias y de sumergirte en ellas.
¿Vas de viaje?
Si es así, te conviene hacer unos preparativos extra. Por ejemplo:
• Informarte sobre el lugar (o lugares) que vas a visitar, para decidir qué quieres ver o hacer en ese sitio.
• Reunir con calma lo que necesites. Los documentos, sin ir más lejos (pasaporte, seguro médico, etc.).
• Preparar el equipaje con antelación. Entre otras cosas, para no verte obligado a hacer compras extra en destino, gastando tiempo y dinero que puedes ahorrarte.
• Procurarte cierta tranquilidad al dejar tu casa por unos días. Eso puede concretarse, por ejemplo, en pedirle a un hermano que riegue las plantas, recoja la correspondencia o levante las persianas durante el día, para que no dé la impresión de que la casa está desocupada.
• ¿Fotos, sí? ¿Fotos, no? Prepara la cámara y captura las imágenes que gustes.
Un estudio afirma que hacer muchas fotos no es buena idea, porque te pierdes detalles de la experiencia confiando en que los capture la memoria de la cámara. Otro estudio dice lo contrario: hacer fotos aumenta el disfrute de las vacaciones.
Total, que es asunto tuyo probarlo y decidir cómo disfrutas más. Con lo que volvemos al inicio: diseña TUS vacaciones a TU gusto; cosa que no quita que llegues a acuerdos con las personas con quienes vas a compartirlas, si es el caso.
No tienes que vivir las vacaciones según las costumbres o preferencias de la gente. No tienes porqué cambiar un estrés por otro. Por eso mismo, piensa en cómo te gustaría que fueran y prepáralas.