¿Qué te falta? ¿Qué límites o restricciones te fastidian? Todos tenemos algo por ahí que nos frena en un momento dado. ¿Qué es lo tuyo?
- ¿Sientes que te falta tiempo libre para practicar tu hobby?
- ¿El dinero no te alcanza para lo que tienes pensado?
- ¿Crees que no eres lo suficientemente listo?
- ¿Estás a dieta y no puedes probar determinados alimentos? Peor todavía, ¿eres alérgico y no puedes ni acercarte a ellos?
La propuesta del día es: Dejemos de perder el tiempo quejándonos y avancemos con lo que sí tenemos a mano.
Quizás no tenemos ni todo el dinero, ni todo el tiempo, ni todo el talento, ni la movilidad física que nos gustaría tener ahora mismo. Más adelante, el panorama puede cambiar (o no). Pero ahora es el que es.
- Si a mí sólo me quedan 15 minutos para escribir, ése es mi límite.
- Si tú sólo sacas 20 minutos para hacer ejercicio hoy, ése es el tuyo.
- Si Pepe no puede probar los lácteos, tendrá que combinar ingredientes diferentes para alimentarse.
- Si María no puede mover sus piernas, tendrá que ingeniárselas para ser lo más autónoma posible contando con lo que sí tiene.
¿De qué sirve negar la realidad y lamentarnos de que no llegamos a lo ideal?
Porque TODOS, absolutamente todos tenemos límites. Tenemos unas herramientas, unos colores, unos recursos… Los que sean. Y hemos de empezar a trabajar con ellos.
Si nos quejamos, nos esperamos al momento de tener más o nos volcamos en envidiar a quien tiene lo que nos falta, ¿cómo vamos a avanzar?
Los límites no son una excusa. No son el enemigo. El enemigo es la actitud incorrecta. Ésa es la que realmente nos frena.
¿Qué te parece si conocemos y aceptamos nuestros límites? Trabajando con lo que sí tenemos, muchos de ellos se difuminarán, desaparecerán.
Otros, no. Pero habremos desarrollado la creatividad necesaria para adaptarnos a lo que nos brinde cada momento. Seguiremos teniendo límites, pero también oportunidades para avanzar.
Imagen de Sergiu Bacioiu
Comentarios
6 respuestas a «Acepta tus límites»
Hola, me encanta este post, es muuy cierto. Hace como tres meses en mi diario hice una lista llamada «Cosas de las que estoy harta», y luego de hacer la lista separé estas cosas en dos grupos, las que podía cambiar y las que no. Al final hay que resignarse con nuestros límites, con esas cosas que no podemos cambiar y en vez de enfocarnos en lo que no podemos cambiar debemos enfocarnos en lo que si y en lo que tenemos a mano (y en mi caso dejar de excusarme de no hacer ciertas cosas que si estaban al alcance de mi mano). La vida es lo que es, hay que hincarle el diente.
Un abrazo 🙂
María, no coincido con la palabra «resignarse». Resignarse es conformarse con lo que hay. La aceptación tiene una connotación distinta. 😉 Es asumir que esas cosas nos fastidian y, después, ver qué hacer al respecto.
Aunque, claro, hay que empezar a moverse con lo que se tiene a mano. A veces es difícil, pero ahí vamos… 😀 Comparto plenamente la última frase de tu comentario.
Besotes!
Como siempre….muy bueno…
Felicidades una vez mas por tu Blog y por compartir estas ideas y pensamientos tan utiles.
Salu2 Michel
Muchas gracias, Michel. Hay ideas de todas (buenas y menos buenas) pero es divertido explorarlas juntos. 😀
Excelentes reflexiones. Voy a tomarlas en cuenta porque estoy segura que me van dar mucha ayuda.
Gracias
Ojalá que te sirvan, Elsa. La idea es trabajar con lo que tenemos a mano. 🙂 Gracias a ti.