He aquí uno de los componentes de la inteligencia que, hasta ahora, no ha medido ningún test de ésos que se centran en las habilidades académicas: la inteligencia emocional.
En pocas palabras, consiste en la capacidad para comprender nuestras emociones y sentimientos, así como los de los demás, y actuar en consecuencia.
Nuestras relaciones con los demás dependen de la inteligencia emocional.
El desarrollo de esta inteligencia debería preocuparnos tanto o más que el de la inteligencia «académica».
Porque por muchas destrezas académicas que desarrollemos, si no sabemos cómo relacionarnos con otros, es poco probable que tengamos éxito en la vida (y eso entendiendo «éxito» como algo muy subjetivo).
Dicho de manera muy clara: no tiene sentido decir que alguien es inteligente cuando tiene tantas habilidades para relacionarse con las personas como un helecho.
David Goleman estudió la inteligencia emocional y concluyó en que su desarrollo pasa por cinco niveles, sin que se pueda acceder al siguiente escalón sin haber superado el anterior.
Dichos niveles son:
- 1. Autoconocimiento: Reconocimiento de nuestras propias emociones/sentimientos y de lo que los provoca. ¿Es ira? ¿Es miedo? ¿Estoy enamorado o es una trastada de las hormonas? Parece básico, pero hay personas que no superan este nivel.
- 2. Autocontrol: Cuidado aquí con las emociones. Éstas son de corta duración y hay que saber cómo frenarlas. Esto, valga la comparación, puede ser como tener nuestro propio «Código de circulación de emociones».
- 3. Automotivación. Ya que hemos identificado la emoción correctamente y hemos tomado las riendas, enfocamos nuestra conducta en una dirección. Los tres niveles anteriores son los que conciernen a la gestión de nuestras propias emociones.
A continuación vienen los dos más complejos:
- 4. Reconocimiento las emociones ajenas. Obviamente, para reconocer las emociones de otros, hemos de saber reconocer las nuestras. En este nivel, interpretamos adecuadamente las emociones que expresan los demás; reconocemos expresiones no verbales.
- 5. Habilidades sociales. Comprender las emociones de los demás y cómo las manejan, hace que nos sea más fácil relacionarnos con ellos, según el contexto en el que nos hallemos. Emplearemos unas u otras técnicas o tácticas según sea necesario.
Lo anterior es prácticamente un esquema, porque hay muchísimo que decir de cada uno de los niveles. Revisándolo, obtenemos la definición de lo que es la inteligencia emocional.
Seguiremos ocupándonos de ella. Todo sea por estar cada día un poco mejor. 😉