¿Te motivas pensando en el resultado o en el siguiente paso?

Esta entrada vale tanto para tareas como para objetivos largos.

¿Qué es más motivador para ti: empezar con el fin en mente o impulsarte con el primer paso y, después, con el que siga?

Tal vez lo más motivador y efectivo sea alternar ambos enfoques del modo que a ti te interese. Vamos a explicarlo mejor.

Hazte esta pregunta:

¿Qué es lo que quiero conseguir con esto que estoy haciendo?

La finalidad de lo que haces importa. Ese horizonte que dibujas en tu mente te ayuda a seleccionar qué tareas (o pasos) van a acercarte hasta ahí.

Lo que haces tiene un sentido y eso es motivador.

Una persona asciende poco a poco por una escalera de libros.

Si quieres perder un par de kilos, abrir un negocio o terminar un informe, ese es el objetivo con el que vas a alinear las acciones que elijas. Por tanto, es interesante partir de ahí.

Si no lo haces, quizás no elijas bien. Como, por ejemplo, cuando hilvanas un montón de tareas pequeñas. Sí, las terminas y eso es motivador. Pero puede que alguna de las “gordas” se haya quedado fuera.

Claro que pensar todo el tiempo en “la meta” tiene un inconveniente: quizás te abrumes al ver el trecho largo que vas a recorrer y el montón de esfuerzo que te está esperando.

Ahí es donde viene la utilidad de alternar el enfoque, para dirigirlo hacia las tareas o pasos que vas a dar de manera inminente.

Y celebrar esos pequeños pasos conforme los vayas dando, por supuesto.

¿Qué es lo que toca hacer ahora?

Una vez que decides que una tarea es importante y está alineada con lo que quieres, lo efectivo es dividirla para poder centrarte en el paso que estás dando.

Efectivo y más motivador que levantar la cabeza y exclamar: ¿Todavía me queda todo eso por hacer?

No, no. Levanta la vista después, cuando termines esta tarea y quieras saborear la sensación de progreso. Y, una vez saboreada, vuelve a cambiar tu enfoque hacia la tarea o paso que siga en ese momento.

Una sugerencia: Procura elegir lo importante, aunque sea más correoso y no te cunda tanto como las tareas fáciles.

Es más satisfactorio llegar al final del día con una o dos cosas importantes hechas, que estén en línea con “tu meta”, que con un montón de tareíllas terminadas que no se alinean tan bien con lo que quieres.

Compruébalo.

Relacionado:


Categoría: