Por mucho que te parezcas a otra persona, tú eres único. ¿En qué se nota? ¿Qué te hace especial? Exploremos el tema, si quieres.
Las personas necesitamos atención del resto. La necesitamos desde que somos niños, para un desarrollo sano. Y la seguimos necesitando de mayores.
Una persona llama la atención cuando tiene rasgos que la diferencian del conjunto. Y esto se da de manera natural cuando esa persona destaca por su inteligencia, por su estatura, por el color de su pelo, por su belleza, por un talento innato, etc.
Sin que intervenga, ya se la reconoce como individuo único por ciertas características. Pero, además, a lo largo de su vida buscará sentirse especial y reconocida con distintos comportamientos.
Eso lo hacemos todos. Reclamamos nuestra individualidad. Queremos que se nos distinga, que se nos reconozca como a personas únicas. Pero cada uno elige opciones diferentes para satisfacer esa necesidad.
¿Qué haces tú para que se note que eres especial?
Hagamos una lista de comportamientos con los que una persona puede expresar que es “ella misma”.
Hay opciones mejores que otras y algunas que, dependiendo de cómo se ejecuten y con qué intensidad, son “buenas” o “malas”.
- Vestirse con un estilo propio.
- Adoptar una forma de hablar diferente o expresiones características.
- Tatuarse, hacerse un piercing o poner cualquier otra diferencia en su cuerpo.
- Esculpir el susodicho. (Cómo lucen esos abdominales, ¡guau!)
- Defender un estilo de vida alternativo o hábitos peculiares.
- Decorar / personalizar los entornos en los que se mueve, para poner su toque.
- Quejarse por sus dolencias, por sus problemas… (Pobrecito.)
- Intimidar, agredir o humillar al prójimo.
- Entrar a formar parte de un selecto colectivo.
- Ayudar a quienes lo necesiten.
- Informarles o enseñarles a hacer cosas.
- Cotillear para llamar la atención. (¡Qué buen chisme traigo!)
- Juzgar, criticar o corregir a los demás (para distinguirse, claro).
- Profesar determinadas creencias que otros no tienen.
- Enarbolar la bandera de sus éxitos o de sus fracasos más sonados.
- Utilizar una enfermedad o desventaja con la finalidad de llamar la atención.
- Destacar por su trabajo (cuál es) o por su sello personal en el mismo.
- Ser experto en un campo del saber. O un fuera de serie en una habilidad.
- Proclamar a los cuatro vientos que se es el mejor en algo (que es distinto a lo de arriba).
- Intentar un suicidio (llamada de atención extrema).
Veinte son un puñadito de nada. Pero sirve darnos cuenta de la cantidad de cosas que podemos hacer para llamar la atención y mostrar lo que nos distingue.
Los humanos tenemos esa necesidad de “separarnos” y distinguirnos como individuos únicos. Pero también tenemos la necesidad de “juntarnos” con el grupo, identificándonos con él y sintiéndonos aceptados.
Por eso, lo ideal es buscar cierto equilibrio a la hora de satisfacerlas. Los extremos perjudican.
- Si te muestras muy especial, muy diferente, tienes más dificultades para conectar con el grupo. Vas a estar más solo.
- Y si estás muy metido, fundido con el grupo, renuncias a eso que te hace diferente como individuo. Pierdes lo que te hace especial.
En tu caso, ¿expresas lo que te hace único? ¿Cómo lo haces? ¿Alguna vez lo has pensado?
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