¿De qué manera describirías este momento y lo que te rodea? Lo que ves es la realidad, pero sabes que otra persona la percibiría y la describiría de un modo distinto.
¿No deberíamos ver todos la misma cosa?
Cada uno ve y construye su propia realidad y ese es el mensaje de esta entrada.
Aceptar que tu realidad, más allá de lo que ves, es lo que interpretas, te servirá para interpretarla de un modo más conveniente cuando necesites hacerlo.
Puedes sacarle provecho en tus tareas del día a día, sin ir más lejos.
Y, además, esta toma de conciencia te ayudará a observar y a entender a las personas que te rodean. Un conocimiento básico para ser medianamente feliz o incluso para sobrevivir.
➜ Lo que ves es lo que conoces
Lo que ves está condicionado por lo que sabes (por tus conocimientos y experiencias). Si estás mirando la noche estrellada, tú puedes ver constelaciones que a mí se me pasan… Porque no conozco ninguna.
Existen. Están delante de mis narices y yo no puedo verlas.
Eso pasa con cualquier arte o área del saber. Quien tiene conocimientos ve más cosas o las ve de un modo distinto.
➜ Lo que ves es lo que compartes con otros
Por haber nacido en un sitio y no en otro, compartimos cultura, conceptos, creencias o prejuicios con las personas que tenemos al lado. Eso influye también en el modo en el que vemos la realidad.
Coincidimos en que los pantalones son una prenda de vestir cómoda. O en que es mala idea ir a la fiesta de los sombreros redondos con un sombrero de pico (por decir algo).
Es un consenso útil para tomar decisiones en grupo y avanzar juntos. Aunque pesa un poquito cuando quieres salirte de la opinión mayoritaria y actuar según un criterio propio.
➜ Lo que ves es lo que te cuadra
Lo que tienes ante ti tiene que cuadrar. Si es demasiado confuso, queda descartado.
¿Qué estás diciendo? ¿En qué cabeza cabe? ¿Qué idiotez es esa?
Necesitas encontrarle sentido entre lo que conoces, lo que te suena o lo que ves que hace y piensa la gente que te rodea.
➜ Lo que ves es lo que otros ponen ante tus ojos
Los anuncios de la tele están muy estudiados. Algunos posteos que pululan por las redes sociales, también.
Son ejemplos que nos suenan a todos. Y, aun así, sabiendo que son realidad prefabricada, la tomamos por natural.
Las personas que están tras esos mensajes lo hacen muy bien. Te presentan las cosas con gancho seductor, para que las mires. Alteran tu percepción. Con ello, la realidad que ves, lo que interpretas… Y, tras esto, tu voluntad.
Les compras la idea, la imagen o el producto que promete una vida mejor. Y al cabo de los días quiere asomarse el espejismo.
Pero… no, no. Que no se asome. La realidad auténtica tiene arrugas, granos y a veces huele mal.
Qué asco de realidad.
➜ Lo que ves está marcado por tus intereses y tus gustos
Hay aspectos que miras más que otros, porque te interesan… O porque les tienes una simpatía especial.
Te interesan las novedades que tienen que ver con tu carrera o con tu hobby. También, las noticias que surgen sobre tal famoso/a, que te cae bien.
Como esa realidad te parece más relevante que el resto, le prestas más atención. La ves más.
Se te hace que el mundo está más lleno de eso que a ti te interesa de lo que está en realidad. Porque yo lo veo más lleno de lo que me gusta a mí.
Y todavía es más monótono el mundo del egocéntrico redomado, que todo lo que le rodea o todo lo que le ocurre lo interpreta en función de sí mismo.
Vale que esto sea lo común en la infancia. Pero hay quien no crece y sigue viendo la realidad como cuando tenía 7 años.
¡Oh! Hablando de egocentrismos, no voy a entrar con narcisistas o psicópatas. Solo diré lo evidente: que ellos también ven la realidad a su manera.
➜ Lo que ves está influido por tus inseguridades y preocupaciones
- Una persona que esté preocupada por su sobrepeso, se fijará más en las personas con sobrepeso.
- Alguien que no lleve bien su edad, mirará en torno suyo… A ver si encuentra gente que la lleve peor.
- Quien está amargado, machacado o preocupado por alguna circunstancia, hará lo mismo: mirar alrededor.
Las inseguridades, las amarguras y las preocupaciones también marcan lo que ves. Señalan hacia dónde mirar.
Alguien que esté desolado, deprimido porque todo le parece horrible, ve negro el panorama. En su estado es capaz de hacer una lista larga con puntos que lo “justifiquen”.
Será cierto lo que dice. Pero faltará la lista de lo bueno y luminoso. Eso le parecerá que no existe… porque no puede verlo.
➜ Lo que ves se corresponde con tus deseos
Deseos demasiado optimistas. Lo que ves es la realidad que quieres ver.
- Como el enamorado que no quiere tirar aún la toalla: – No quiere salir conmigo, porque ahora está en otros asuntos.
- Como el artista que es malísimo en lo suyo, pero se niega a verlo: – El público no entiende mi arte.
- O como el que ha hecho un esfuerzo tremebundo en un proyecto: – Esto tiene que salir bien. ¡Seguro!
¿Por qué tiene que salir a tu gusto?
El optimismo irracional es otra faena. No puedes ver lo desconectado de la realidad que estás.
Es más bonito ver aquello que va en consonancia con tus expectativas, que a su vez están alineadas con tus deseos. Pero a la realidad le importan muy poco las expectativas que tenga cualquiera de nosotros.
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Aprovechemos para ver esto por el lado ventajoso. ¿Qué te parece?
Si no te sirve lo que estás viendo ante ti, prueba a mirarlo de otro modo.
Gracias por leer.