En las últimas horas del domingo comienzas a temerle: ¡Ay, no! Mañana es lunes.
La antipatía no está dirigida propiamente al lunes, que es un día como cualquier otro, sino a lo que representa: El inicio de la rutina de los días laborales. Y, claro, te resistes porque es más placentera la rutina de los días de descanso.
Si es tu caso, ¿qué puedes hacer para que ese malestar se desvanezca y puedas recibir el lunes con los brazos abiertos? Apuntemos ideas.
1. No sucumbas al odio a los lunes
Muchos aprendimos a tomarle tirria al lunes porque goza de mala reputación. Nos acostumbramos a pensar que es el peor día de la semana. Y sólo es eso: una costumbre.
Generalmente, los viernes estamos de mejor humor porque anticipamos el fin de semana. En cuanto al lunes, nuestro estado de ánimo se parece al de los tres días que siguen.
Eso dice un curioso estudio. Los lunes no son tan terribles. Pueden pasar cosas buenas, como en cualquier otro día. El asunto es recordar esto el domingo por la tarde, en lugar de sucumbir a la costumbre.
2. Prepara el lunes con antelación
El viernes por la tarde, que solemos estar más dispersos por la proximidad del sábado y por el esfuerzo que hemos hecho durante la semana, es una ocasión estupenda para hacer el plan de ruta del lunes.
Además de la lista de tareas (o lo que sea que hagas) considera dejarte algún mensaje o detalle que te suba los ánimos el lunes por la mañana, cuando retomes lo tuyo.
No hace falta tanto para ponerse de buen humor: una foto, una canción, una frase inspiradora, etc.
Hay personas que, en lugar de hacer esto en viernes, lo hacen en algún ratito del domingo.
Están más despejados, más relajados y aprovechan las buenas ideas que se les ocurren para allanarse el camino del lunes. Así, la mañana siguiente no supone una transición tan brusca.
(A mí me va más lo del viernes.) 😀
3. Distribuye tus energías durante la semana
El lunes, haz lo que hayas planeado, pero sin agotarte. Reserva un rato para dar una vuelta o para otras actividades placenteras. Si la semana es intensa, coloca lo más pesado en los días centrales y, si puedes, deja el viernes más ligerito.
¿Cuál es el punto de esto? Llegar al fin de semana con energías que te permitan disfrutarlo.
Hay mucha gente que llega al fin de semana totalmente extenuada. Lo dedican casi al completo a reponer fuerzas, porque no dan para más. En estos casos, es comprensible que el domingo por la tarde comiencen a maldecir su suerte.
La solución no es fácil. Pero va por el lado de recortar el exceso de obligaciones, eliminar distracciones para optimizar el tiempo de trabajo y respetar los descansos diarios.
4. Disfruta del fin de semana
Diviértete. Haz tu combinación de actividades preferidas para estos días: pasar tiempo con los tuyos, explorar en la Naturaleza, leer, dedicar un rato a tu hobby o lo que sea.
Intenta que haya varias cosas con las que te relajes y disfrutes. Así repondrás fuerzas y alegría para la semana entrante. Poca satisfacción vital va a quedarte si, por ejemplo, pasas la mayor parte del fin de semana mirando pantallas (la tele, el ordenador, el teléfono…).
Procura que haya una mezcla: actividad física, convivencia con amigos y familia, tiempo para ti, un rato en el que no tengas nada planeado… Y ríe todo lo que puedas. 😉
No sé qué estrategias tienes tú para enfrentar esos lunes en los que amaneces desganado. Si te funcionan, genial. Si no, podrías probar con alguna de las de arriba o pensar en la manera de hacerte los lunes más llevaderos.
Como sea, lo difícil ya está hecho. Ya hemos arrancado la semana. ¡Adelante!
Comentarios
2 respuestas a «4 Propuestas para hacer los lunes más llevaderos»
A mí me encantan los lunes. Son días de estreno, como cuando empiezas un cuaderno nuevo. La semana está sin estrenar, llena de esperanzas, puedes empezar objetivos, planear cosas agradables…
Los lunes son geniales. A pesar de que es el único día de la semana que trabajo por la mañana y por la tarde (lo habitual es sólo mañanas).
Me gusta pasar por este blog, siempre salgo con una sonrisa o una buena idea.
Gracias, Amelia. 🙂
A mí también me gustan los lunes. Aunque eso es ahora, que me los tomo de otra manera. Antes seguía la tradición. 😀