Éxito anónimo: ¿qué cambiaría si nadie conociera tu éxito?

El éxito suele llevar aparejado el reconocimiento social. Pero, ¿y si tienes un exito anónimo, que pasa desapercibido? ¿Cambiaría en algo lo que quieres hacer?

Esta entrada es una breve reflexión para separar dos cosas: el éxito y el reconocimiento. O, dicho de otra manera: que te salga bien lo que quieres hacer, por un lado; y que otros lo aplaudan, por otro. ¿Qué tiene más valor?

Si nadie supiera de tu éxito, ¿sería un éxito?

¿Un éxito que solo conoces tú (y quizás dos o tres incondicionales) sigue siendo un éxito? ¿Harías lo que tienes pensado hacer si supieras que nadie se enteraría de tu triunfo?

Ya hemos hablado antes del éxito discreto. Podríamos llamar así a esos logros tuyos que no trascienden al público. ¿O es que tú no englobas a estos en la categoría de “éxito”?

Preguntarte (a ti mismo) si trabajarías por un triunfo que quedaría en el anonimato puede ser interesante para que descubras hasta qué punto te motiva el reconocimiento del exterior.

Y, tal vez, para reordenar tus prioridades en caso de que descubras que vas a perseguir un objetivo más por darle gusto a otros o por restregarles en la cara el éxito, que porque te satisfaga de manera más íntima.

humanos anónimos

Cuando haces una cosa por tu propio convencimiento y atendiendo a tus propios principios, estás más motivado que si solo lo haces por la compensación externa.

Por ejemplo: Quieres ser un buen padre y dar lo mejor de ti en ese objetivo. Tu finalidad última es sentirte contento por el trabajo que haces ayudando a tus hijos a ser personas de bien y a que crezcan felices.

Puede ser que tus hijos te agradezcan el esfuerzo (cosa que depende de ellos más que de ti). Y también puede ser que la gente de fuera admire tu dedicación y reconozca que eres un buen padre.

Esas serían compensaciones externas. En este caso, son un añadido que recibes de buen gusto.

El reconocimiento del exterior no está nada mal. En ciertos casos, es indispensable.

Véase el trabajo remunerado, donde cae de maravilla que te paguen y que aprecien tus aportes. O véase el mundo de los negocios. Si los demás no encuentran valor en tu producto o servicio, estás frito.

El ejercicio mental de esta entrada sirve para aclararte, nada más. Y, en caso de que solo busques el éxito por razones externas, pensarlo un poquito mejor.

  • ¿Quieres estudiar Historia porque te entusiasma o por darle gusto a tu familia?
  • ¿Aceptarás ese ascenso laboral porque tienes interés en el nuevo puesto o para señorear el triunfo?
  • ¿Vas a endeudarte comprando un… (coche, traje, viaje, etc.) por ti o para que vean que tienes “éxito” en la vida?

Ay, sí… A veces llamamos éxito solo a lo que se ve. Un éxito anónimo o discreto ni se considera éxito siquiera. 😉

Como sea, tú decides qué quieres hacer y por qué razones. Tenerlas claras, te ayudará a elegir mejor y a continuar trabajando con ganas en tu objetivo.

Relacionado:


Categoría: