¿Qué hábitos son propios de una persona exitosa? Hay cientos de libros, artículos o vídeos que nos hablan de ellos.
Muchos ven el éxito como un horizonte futuro. Y aciertan. Ya que, por definición, el éxito es el “resultado feliz de un emprendimiento” (ya te haga feliz… o no).
También es frecuente asociar el éxito a la abundancia material, que es un horizonte bastante deseable.
Pero, a la hora de analizar lo que distingue a una persona exitosa de la que no lo es, encontramos hábitos que enriquecen la vida de cualquiera de nosotros a día de hoy. Y, además, son aplicables a distintos tipos de éxito.
- Tener un negocio próspero y ser millonario es un éxito.
- Ser famoso es un éxito.
- Ser padre/madre de una familia también es un éxito.
- Levantarte por la mañana sin jefes es un éxito.
- Ser reportero en la otra punta del mundo es un éxito.
- Dedicarte a leer y reflexionar la mayor parte del día rodeado de tus íntimos y de apacibles animales de granja… Sí, también es un éxito.
Todo depende de tus valores. De lo que decidas que a ti, personalmente, te hace feliz. Y quizás no tengas que esperar a un futuro lejano para disfrutarlo, porque lo estás viviendo desde hoy.
La gracia está en que una persona exitosa suele compartir con otra determinados hábitos, independientemente del concepto de éxito que tenga cada una.
Vamos a comprobarlo.
Partamos de una lista muy buena publicada por Emprendiendo Historias, que adaptó de la versión en inglés (esta es).
Adentrémonos en el mundo de los empresarios millonarios. Y veamos cómo un padre/madre o un relajado pastor pueden compartir bastantes de sus hábitos.
Hábitos de las personas muy exitosas que quizás tú también tengas (o quieras tener)
Allá por el siglo pasado, estudiando a 500 millonarios, el periodista Napoleon Hill se percató de que estos tenían cosas en común.
[amazon_link asins=’8497778219,8441432678′ template=’ProductGrid’ store=’tusbuemom-21′ marketplace=’ES’ link_id=’5efe2750-3b5a-11e8-b53f-a5b09c117a61′]
1. Un propósito claro. Para tener éxito, necesitas saber en qué quieres tenerlo.
2. Motivos, igualmente claros. Esa es la mejor motivación de todas: saber porqué quieres lo que quieres.
3. Buenas compañías. Que son esas de las que puedes aprender.
4. Autosuficiencia. O la independencia necesaria para construir lo que quieres sin que te den el visto bueno o te paralicen definitivamente las circunstancias.
5. Autocontrol. O la capacidad de contener los impulsos, cuando estos te llevan por derroteros que no te interesan.
6. Persistencia. O la decisión inquebrantable de continuar adelante superando las dificultades.
7. Creatividad. O la imaginación puesta al servicio de lo productivo (crear soluciones, abrir caminos).
8. Iniciativa. O la capacidad de tomar decisiones y actuar sin postergarlo indefinidamente.
9. Reflexión. O la decisión de recabar y analizar la información necesaria antes de juzgar a una persona o circunstancia.
10. Pasión bajo control. Amar lo que haces y vivir en consecuencia, tratando de ahorrarte los posibles disgustos derivados de los estallidos emocionales o de un entusiasmo exacerbado.
11. Amplitud de miras. Mente abierta a nuevas ideas, flexible.
12. Espíritu de superación. O la ilusión y el compromiso de sumar cada día respecto al día anterior.
13. Tacto al comunicarse. Porque el modo de decir las cosas es tan importante como lo que se dice.
¿Cómo llevas el recuento? La lista sigue
14. Interés en los demás. O la disposición de escuchar tratando de entender al otro.
15. Atención a los detalles; a las pequeñas cosas (buenas o malas) que afectan a tus intereses.
16. Buen manejo de las críticas. La receptividad a las mismas y la decisión de tomar lo útil de cada una, si lo hay.
17. Lealtad. Como valor destacado en la convivencia.
18. Carisma. O cómo convertirte en una persona que otros consideren una buena influencia para sí mismos. Alguien en quien confiar y de quien aprender.
19. Enfoque de tu atención y tu energía en una cosa cada vez.
20. Buen aprovechamiento de los errores. Se produce cuando consideras los errores como experiencias propias de quien crece y aprende.
21. Liderazgo responsable. El que practicas cuando tratas en privado los errores que cometen las personas a tu cargo. Y, en público, aceptas tu responsabilidad sobre los mismos.
(Además de los empresarios, esto lo practican padres, madres, maestros… bastante exitosos.)
22. Alegría por el éxito ajeno. Construir o disfrutar de tu éxito, no quita que también compartas la alegría de los demás cuando tienen éxito.
23. Práctica de la regla de oro. Esa que dice que “trates a los demás como quieres que te traten a ti.”
24. Actitud positiva. Que es la decisión de afrontar lo que venga de la forma más beneficiosa para tu caso.
25. Responsabilidad ante las consecuencias de tus actos. Unos serán aciertos; otros, errores. Y tú te harás cargo de ambos.
26. Enfoque puesto en lo que quieres lograr. Más atención a lo que quieres conseguir y menos, a lo que quieres evitar.
¿Cuántos de esos hábitos compartes?
Apuesto que unos cuantos. De lo contrario, no estarías leyendo un sitio como este, que da tanto peñazo hablando de conocerte y respetarte a ti mismo y de construir la vida que quieres.
Estás interesado en vivir en armonía con tus valores y prioridades. Interesado en sumar un poquito cada día en lo que más te importa.
En eso, los hábitos juegan un papel decisivo. Y, además, conectan tu horizonte futuro con lo que haces hoy.
Ya quieras ser un empresario importante, un deportista de élite, un padre/madre dedicado o un gran poeta, hay hábitos que, desde hoy, te ponen más cerca de tus logros o mantienen tus actuales éxitos: el enfoque, la responsabilidad, el aprendizaje constante, etc.
Sigue practicándolos. Sigue mejorando en ellos. Y, si consideras que aún no has cultivado ese hábito que puede ser beneficioso para tu éxito, regálate un cambio positivo.
Todos estamos en ello, sonriéndoles a nuestros respectivos éxitos.
Gracias por leer.