No creas todo lo que piensas

Con los miles de pensamientos que estallan en nuestro cerebro, como palomitas en el microondas, estas seis palabras se convierten en un consejo muy saludable: No creas todo lo que piensas.

A veces nos quejamos de que otros nos complican la vida y obviamos la influencia de la persona que tenemos más cerca: uno mismo.

Uno mismo también se miente, se culpa, se arrepiente, se pone excusas cuando no le apetece hacer algo, encuentra explicaciones que refuercen sus teorías o incluso sus prejuicios, etc.

Todo lo que piensas no es lo más acertado

Todo lo que piensas no es lo que mejor responde siempre a la realidad.

no creas todo lo que piensas

Esta tendencia a pensar demasiado es aun más peligrosa en tiempos de crisis personal. Sobre todo, cuando se creen determinados pensamientos sin cuestionarlos…

Y, mira por dónde, es más frecuente darle vueltas a las cosas cuando uno está en un mal momento. Como decía la canción «A cara o cruz» de Radio Futura:

La cosa pierde color
cuando la piensas dos veces
y más dispuesto pareces
a pensar en lo peor.

(Qué mayor soy.)

En efecto. Si uno está mal, no es el momento propicio de analizar la situación minuciosamente, ni de buscar soluciones. Pensará lo mismo varias veces y cada vez lo verá más negro.

Como los rumores, que se distorsionan cuando se transmiten por una cadena de personas. Así, cada pensamiento irá pasando una y otra vez por un filtro de pesimismo y tristeza, hasta que pierda su sentido original.

¿Caerías en la trampa de creértelo?

Inspirado en: Don’t Believe Everything You Think, de Jeffrey Ziegler.

Te dejo una entrada reciente, por si quieres reflexionar sobre lo que tienes por real que se cuela en tu cabeza:

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