Productividad: 5 hábitos que salen caros

Otra dura jornada de trabajo está a punto de terminar. Y no es porque sea muy tarde. Tampoco es porque hayas terminado lo más importante que había en tu lista. Pones el punto final porque estás demasiado cansado para seguir.

¿Esta situación es familiar para ti?

Lo descrito ahí arriba puede deberse a multitud de causas. Pero hoy nos vamos a detener solo en 5, que son relativamente fáciles de abordar.

Se trata de 5 hábitos, que parecen inocuos y no lo son tanto, ya que suelen salir caros en términos de energía y de tiempo (tu recurso más valioso).

Hábitos que salen caros

hábitos que salen caros: hombre muy cansado

1. Planear sobre la marcha

Te levantas sin un rumbo claro y atiendes tus responsabilidades conforme van llegando. Así es natural que te canses más y que te dejes tareas importantes sin hacer.

¿Solución? Hazle hueco a tus tareas más importantes.

Establece un rumbo para el día, para que ni las distracciones, ni los desastres cotidianos, ni las demandas del exterior, ni las tareas de poca monta se coman el tiempo de lo que es más importante para ti.

Que sí. Que puede haber imprevistos y cambios que den al traste con tus planes. Pero ésas han de ser situaciones excepcionales, no tu pan de cada día.

2. Considerar que todas las tareas son igual de importantes

¿Crees que todas las tareas que realizas a lo largo del día son lo mismo de importantes? En ese caso, ninguna es importante, ya que están en el mismo nivel.

Para eso sirve planificar el día; para ordenar las tareas según su importancia y dar prioridad a las que tienen más valor (para ti).

Si, entre todas tus tareas, identificas cuáles son las más importantes, ya tienes hecho lo más difícil.

Aunque sólo termines (o avances) 2 tareas (importantes) de las 7 que hoy tenías previstas (por poner un ejemplo), te sentirás mejor que si haces más tareas, dejándote lo importante fuera.

3. Trabajar más horas

Hay veces en las que has de hacer un esfuerzo extra, pero esto también es excepcional. Exprimirte más no parece una buena solución, al contrario.

Es preferible trabajar menos; eligiendo bien las tareas (como apuntamos arriba) y distribuyéndolas para aprovechar tus picos de energía.

¿A qué horas tienes tú más energías para hacer lo tuyo?

En mi caso, yo elijo la mañana para todas las tareas que requieren concentración y disciplina. Las tardes y los fines de semana son para tareas sencillas. Y respeto mis horas de sueño para reponer energías.

Hace tiempo experimenté con quitar horas de sueño para hacer más cosas, pero el resultado fue muy decepcionante.

4. Dar vía libre a cualquier distracción

¿Te distraes fácilmente? Si, cuando empiezas una tarea, te entretienes con lo que te sale al paso, está claro que vas a tardar más en acabarla que si te concentras en ella.

Ya, ya… Mantener tu atención en una sola tarea es difícil cuando estás habituado a dispersarte. Qué me vas a contar… Yo estoy en las mismas, haciendo progresos poquito a poco.

Cuando estás decidido a reducir distracciones, lo que queda es practicar y practicar.

5. Decir que SÍ a todo lo que te pidan

El tiempo es lo más valioso que tienes y has de protegerlo para dedicárselo a lo que importa. Eso implica que, alguna vez, vas a decir NO a ciertas peticiones que reclaman tu tiempo.

Seguramente, te costará trabajo hacerlo si acostumbras a ser muy servicial y cumplido con todo el mundo. Pero irás cogiendo soltura con la práctica, una vez más.

Ten en cuenta que cuando dices SÍ a una actividad, les estás diciendo que NO a otras. Y la vida es muy cortita como para dejar lo que más te importa en segundo plano.

¿Y ahora?

Experimenta. Si crees que alguna de esas costumbres mencionadas está afectándote negativamente, busca una manera alternativa de hacer las cosas.

Las personas más organizadas y productivas que conoces también tuvieron que encontrar lo que funcionaba para ellos y, probablemente, deshacerse de hábitos poco útiles.

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