Razones para empezar por lo más fácil

Tienes un trabajo ante ti. ¿Qué ventajas tiene empezar por la parte más fácil?

Para aumentar la motivación, hay quien recomienda comenzar por lo más difícil cuando tenemos delante una pila de tareas a las que hacer frente.

Una vez superada con éxito la primera tarea, miraremos al frente para darnos cuenta de que lo que queda es relativamente fácil comparado con lo que acabamos de terminar.

Lo anterior funciona bien, pero no para todas las personas. Incluso una misma persona lo encontrará útil en unas ocasiones y no en otras.

Esto ocurre porque no somos máquinas programadas para actuar siempre de la misma forma.

Por eso hemos de contar con diversas estrategias para automotivarnos y jugar con ellas, poniendo en práctica la que más se adecue a la situación a la que nos enfrentemos.

¿Son estrategias contradictorias?

En este caso sí.

empieza por lo fácil

Podemos elegir entre comenzar por lo más difícil o comenzar por lo más fácil.

Ninguna estrategia es mejor que otra. Sólo tenemos que conocer cómo estamos funcionando en ese momento para decidirnos por una.

¿Qué ventajas tiene empezar por lo más fácil?

  • Es más fácil empezar con lo más fácil, valga la redundancia.
  • El calentamiento. Empezar por lo más sencillo nos hará calentar motores y luego el trabajo pesado nos costará menos.
  • La inercia motivadora. No sólo nos cuesta menos trabajo seguir con la faena porque ya estamos entrados en materia, sino que estamos más animados, porque estamos viendo que algunas cosas se quedan terminadas.

Por ejemplo, yo encuentro muy útil empezar por lo más fácil cuando tengo mucho que limpiar en casa.

En realidad, no es que haya una tarea especialmente dificultosa, pero cuando veo la marabunta que tengo que dejar lista en apenas dos horas y no tengo ni pizca de ganas de enfrascarme en la tarea, comienzo por lo más rapidito.

Decir después de unas cuantas tareas terminadas: “¡Hala! Esto ya está”, hace que sea más sencillo continuar.

En ocasiones me pasa exactamente lo mismo con los estudios. A veces sospecho que comenzar por lo más engorroso me va a venir largo, por lo que me decido a empezar por algo más sencillo… Y funciona.

En conclusión, hay veces en las que viene mejor empezar por lo más difícil, por supuesto, pero eres tú quien tiene que determinarlas “in situ”.

Lo importante es conocerse a sí mismo y optar por la más conveniente en ese momento y, por supuesto, no quedarse parado.

Vale más empezar, aunque sea por lo más simple, que no hacerlo.

Relacionado:


Categoría: