Si tienes suerte, hoy disfrutarás de un espacio de soledad deseada.
Porque eres de esas personas a quienes les gusta pasar sus cuatro ratos haciendo cosas en solitario. ¿Y qué hay de malo en ello?
Nada. No hay nada de malo disfrutar de ese momento de tranquilidad.
Hasta las personas más extrovertidas se alegran de pasar un ratito a solas. Y para ellas es también un descanso.
La mayoría de las personas atesoran esos momentos. Lo que nos diferencia es que unos necesitamos períodos más largos de soledad y otros, más cortos.
Y, por si no ha quedado claro en la entrada, esto no tiene que ver nada con la desconexión, el aislamiento o la ansiedad que viven las personas que se sienten solas.
Son experiencias distintas.

Para mí (y desde esa posición escribo) la soledad deseada es un refugio voluntario, donde una persona acude para descansar, reflexionar o hacer otras actividades en solitario.
Si te parece, repasemos buenos motivos por los que pasar un rato a solas contigo mismo.
El que tú quieras. El que te pidan la mente y el cuerpo.
Celebremos la soledad deseada
La soledad deseada, además de ser un placer, tiene otros beneficios.
A ver si te convencen estas razones para disfrutarla.
1. Para desconectar
La soledad supone un descanso saludable. Es una pausa que te alivia del exceso de estímulos.
En nuestro hiperconectado y acelerado mundo moderno, esos momentos de soledad son bien recibidos.
Cesa el ruido por un rato.
2. Para recuperar energías
En esos momentos de desconexión se repara el desgaste producido por la rutina.
Sientes que la energía retorna al cuerpo.
Repones fuerzas físicas y también las reservas de calma, de autocontrol.
3. Para escucharte a ti mismo
En tu refugio solitario reflexionas sobre lo que has hecho un día cualquiera o en toda una etapa.
Haces un recorrido sobre lo que piensas, lo que sientes o lo que necesitas.
La soledad, de manos de cierta paz interior, es buena aliada para hacer este repaso y aclarar ideas.
4. Para concentrarte

Ese rato a solas te permite concentrarte en una actividad complicada, que requiere de toda tu atención para sacarla adelante.
O concentrarte en una actividad muy divertida, que aprovechas con tus cinco sentidos.
Sí, caray. Eres una persona que no te aburres cuando estás solo, porque siempre tienes proyectos en los que sumergirte y pasarlo bien con ello.
5. Para crear
Se te ocurren muchas ideas cuando estás solo.
Al haber menos estímulos que atender, tu cerebro puede aprovechar esos momentos para atar cabos y… ¡Eureka!
Muchas personas creativas quieren estar solas, buscan estar solas y protegen esos espacios de la invasión indeseada de ruido.
6. Para ser más productivo
Más productivo, en aquellos procesos del trabajo y del aprendizaje que se realicen mejor de manera autónoma. Puedes avanzar a tu ritmo, a tu estilo, según tu criterio.
Eso no quita que haya trabajos y aprendizajes que cunden más cuando se comparten con otras personas. Esos también tienen su momento.
7. Para primar la calidad en las relaciones
En este punto nos vamos a diferenciar, porque entran en juego los valores y prioridades de cada quien.
Cuando estás solo, no hay nadie que te escuche o que te abrace. Es verdad. Pero tampoco hay nadie que te maltrate o te llene la cabeza de basura.
Por mi parte, prefiero una interacción positiva y constructiva para ambas partes. O, si no, estar sola. Eso es menos dañino (para mí) que una compañía tóxica.
Mejor pensado, sentirse solo no tiene que ver con la compañía física que tengas alrededor. Es, más bien, un sentimiento doloroso de desconexión, que puedes experimentar, aun cuando te rodeen el ciento y la madre de personas.
Por eso, en un momento dado, puedes estar solo, porque físicamente no hay otra persona alrededor. Y, al mismo tiempo, sentirte conectado con otras personas.
8. Para crecer en autonomía e independencia

Todos nos necesitamos. Incluso somos dependientes de los demás en algunos momentos o etapas de la vida.
Esa colaboración no es obstáculo para que cada uno, en la medida de sus posibilidades, resuelva sus problemas o tome decisiones por cuenta propia; para que lleve a cabo sus proyectos, sin temor a la desaprobación del entorno.
La soledad deseada es una parcela donde aprendemos a superar miedos de este tipo y a apoyarnos unos a otros sin atarnos mutuamente.
9. Para apreciar a las personas con quienes compartes la vida
Basta con que te alejes un rato de lo que más aprecias en el mundo, para que seas más consciente de lo importante que es.
Unos espacios tranquilos de reflexión pueden ayudarte a apreciar más a las personas importantes de tu vida, a enfocarlas, a sentir gratitud por su presencia.
Y a pensar que ellas no van a estar siempre.
Paradójicamente, un rato de soledad puede servir para fortalecer tus lazos afectivos con las personas más importantes.
10. Pasar un rato a solas para ser feliz, sin más
Es un rato (unas horas o minutos) en el que eres libre para bailar o para poner lo que gustes en la tele.
Un rato más serio o más relajado. Como lo quieras.
Un rato que se suma a otros buenos momentos del día.
Lo que has leído es la perspectiva de una persona que pasa mucho tiempo a solas. Una persona introvertida, que vive a un ritmo diferente y que no está aislada, ni amargada, ni deprimida, por ahora.
Las personas extrovertidas prefieren más estimulación, más vidilla. Aun así, unos ratitos de soledad les caen de perlas, para descansar y ordenar ideas (según me han comentado mis extrovertidos favoritos).
Se trata de que cada uno encuentre su dosis de soledad.
- ¿Cuál es la tuya?
- ¿Disfrutas de ese tiempo?
Me imagino que no disfrutas nada, si la tuya es una soledad no deseada y, por tanto, dolorosa.
Aunque su nombre sea el mismo, ese es otro tema. Para las personas que se sienten solas, la soledad no es un refugio, sino una cárcel.
Por aquí hablamos de eso: Cómo liberarte del dolor de sentirte solo.